Este es el pueblo de La Rioja que casi nadie sabe que esconde su propia estatua de la libertad
Una réplica de menores dimensiones pero de gran valor simbólico.
Todos hemos escuchado hablar de la icónica Estatua de la Libertad de Nueva York, una de las esculturas más emblemáticas de todos los tiempos, símbolo de libertad y esperanza en todo el mundo. Sin embargo, lo que muy poca gente sabe es que España alberga su propia versión de esta famosa estatua, aunque en un formato más pequeño y con unas características únicas. Pese a lo que muchos podrían pensar, esta no se encuentra ni en Madrid ni en Barcelona.
Para visitar esta icónica escultura debemos trasladarnos hasta La Rioja, concretamente a Cenicero, un pueblo situado a 20 kilómetros de Logroño. Aunque este municipio apenas tiene 2100 habitantes y se caracteriza por su tranquilidad rural, en sus calles aguarda uno de los secretos mejor guardados a nivel internacional: una réplica de la gran Estatua de la Libertad que ha pasado desapercibida para muchos turistas y vecinos.
Ubicada en el centro de la localidad, esta escultura fue inaugurada en 1897 en honor a la Milicia Urbana de Cenicero y sus hazañas durante las guerras carlistas. Pese a su enorme parecido con la original, su altura no llega al metro y medio y tiene un peso de tan solo 52 kilogramos. Una versión en miniatura pero con un importante valor simbólico para todos los habitantes del pueblo.
¿Cuál es su historia?
La primera vez que esta estatua adornó las calles riojanas fue a finales del siglo XIX, pero duró relativamente poco ya que en 1936 tuvo que ser desmontada tras la llegada al pueblo de las tropas carlistas leales a Franco. Una historia de idas y venidas que se retoma en 1976, cuando un grupo de vecinos volvió a colocar esta réplica en un nuevo pedestal con una placa llena de los nombres de aquellos héroes de 1834.
En 1997, tras cumplir el primer centenario de su creación, esta escultura de metal fue sustituida por una copia en bronce. No obstante, la original todavía se conserva en la Casa de la Cultura, abierta a visitas de todo el que quiera admirar este monumento en persona. Hoy en día, los habitantes de Cenicero ven en su estatua un símbolo ya no solo de libertad, sino de la identidad única de su pueblo. Se ha convertido en un motivo de orgullo local y no es para menos.
La diferencia de altura entre esta estatua de Cenicero y la original neoyorquina es algo evidente a la vista, pero ambas se construyeron con el mismo fin: celebrar la libertad de su pueblo y honrar a los héroes de épocas pasadas que lucharon por los derechos colectivos. Esta joya desconocida para muchos, junto a la impresionante tradición vinícola de Cenicero, añade un valor turístico al pueblo que cada vez atrae a un mayor número de visitantes.