Este es el pueblo más pequeño de Segovia: solo 15 habitantes y un paraíso para los fans de la historia
Uno de los municipios más longevos del país.

Cada vez son más los pueblos en España que ven cómo su población disminuye drásticamente debido a la falta de recursos y oportunidades. La ausencia de empleo, servicios básicos y conexiones con grandes núcleos urbanos obliga a muchos jóvenes a emigrar en busca de una mejor calidad de vida. Esta tendencia ha encendido la alarma sobre lo que se conoce como la “España vaciada”, aunque todavía hay pueblos que luchan por no unirse a este fenómeno.
Uno de los grandes supervivientes al total despoblamiento es Ventosilla y Tejadilla, el municipio más pequeño de la provincia de Segovia. Este pintoresco enclave, compuesto por los núcleos de Ventosilla, Tejadilla y Casas Altas, se encuentra rodeado de un denso bosque de sabinas. Los pocos vecinos que residen en la diminuta localidad se siguen dedicando a la agricultura y la ganadería, las cuales se consolidan como principales actividades económicas.
Al ser un núcleo poblacional tan pequeño no tienen bares, supermercados o cualquier otro negocio, así como no hay centro médico, tan solo reciben una visita del servicio de enfermería cada dos semanas. Actualmente, en el municipio residen unos 15 habitantes, aunque el pasado miércoles un vecino de 79 años falleció tras caer con su tractor al río San Juan en las afueras de Ventosilla. Los servicios sanitarios no pudieron hacer más que confirmar la muerte.
Pequeño pero encantador
Con un origen que se remonta a la Edad de Bronce, Ventosilla y Tejadilla lleva más de 40 años con una población que no supera el medio centenar de habitantes. Aquí se han hallado restos de una necrópolis de origen visigodo, así como un trazo de calzada romana que indica la existencia de asentamientos hispanorromanos. Eso sí, a pesar de solo tener seis kilómetros cuadrados de superficie, este pueblo segoviano tiene muchos encantos que ofrecer.
Por un lado, el municipio conserva numerosos caserones con tejados a dos aguas, algunos de ellos con más de 500 años de antigüedad. Otro punto de gran interés es la iglesia de Nuestra Señora de Tejadilla, un templo de origen románico que todavía mantiene intactas las losas de piedra del suelo que cubrían las sepulturas de su interior antes de que Carlos III las prohibiese y trasladase al cementerio del exterior de la iglesia.
En la localidad segoviana también siguen en pie dos molinos que han sido restaurados y actualmente se han convertido en peculiares alojamientos rurales. Así como podemos encontrar el tradicional Potro de Herrar realizado en madera de enebro y una antigua Fragua que hoy se ha convertido en casa de la juventud. En definitiva, Ventosilla y Tejadilla cuenta un rico patrimonio histórico y cultural que lo convierten en un destino ideal para aquellos que buscan sumergirse en la historia y disfrutar de la tranquilidad de su entorno rural.