Este pueblecito de Castilla y León oculta el parque acuático más refrescante con 5 piscinas y un gorila gigante
Una de las mejores opciones para refrescarte durante los días calurosos.
En el corazón de Castilla y León, escondido entre una exuberante vegetación y frondosas colinas, se encuentra el Monasterio de Rodilla, un pequeño municipio de apenas 160 habitantes, según los últimos datos del INE. Esta localidad alberga una joya desconocida para muchos: el parque acuático más refrescante y sorprendente de la región. La solución perfecta al calor sofocante típico de esta época del año que cada día aprieta más.
Este parque se sitúa en el camping Picón del Conde, en el kilómetro 263 de la carretera N-1, a tan solo 15 minutos de Burgos. Cuenta con un total de cinco piscinas, cada una de ellas con unas características únicas que se adaptan a todos los gustos de los más amantes del agua. Podemos distinguir una piscina ‘río’ con toboganes alrededor, una redonda, una infantil de chapoteo, una mediana y otra cuadrada.
Una gran variedad de espacios para refrescarse que además cuentan con enormes dinosaurios decorativos y un orangután gigante del que salen dos toboganes altos por los que tirarse a la piscina. Este último se ha convertido en un símbolo emblemático del parque y del propio Picón del Conde, una obra de arte interactiva que fascina a todos los visitantes.
Se puede llevar comida de casa
Se trata de un plan perfecto no solo para combatir el calor, sino para pasar un día lleno de emociones en compañía de los que más quieres. Parra acceder al parque no es necesario estar alojado en el parking, sino que está abierto a todos los visitantes siendo tan solo necesaria la adquisición de la entrada diaria. Cabe destacar que tampoco es obligatorio el uso de gorro de baño en las diferentes piscinas.
Este parque acuático abre sus puertas desde el 1 de julio hasta el 31 de agosto, abarcando así toda la temporada de verano. Sus tarifas varían dependiendo de la edad y del día de la semana elegido. De lunes a viernes los adultos deben pagar 8,50 euros, mientras que los niños tan solo 6,50 euros. Sin embargo, los sábados, domingos y festivos el precio para los adultos sube a los 10 euros y el de los niños a 8 euros.
En las instalaciones del parque hay varios bares de comidas y bebidas cuyas comandas se pueden llevar hasta las piscinas y zonas de picnic habilitadas, pero también se puede llevar comida desde casa para ahorrarnos unos eurillos. Eso sí, está prohibida la entrada de cualquier envase de cristal con el fin de evitar posibles accidentes.
Además, la llegada de cada vez más turistas a este parque acuático no solo supone beneficios para el recinto, sino que también impulsa la economía local. Los comerciantes del pueblo han visto un aumento significativo en el turismo que ha permitido revitalizar la zona y volver a posicionarla como un destino turístico ideal para aquellos que buscan huir del calor y disfrutar de una experiencia inolvidable.