Esta es la ciudad con más de 20.000 puentes con un barrio entero construido encima de uno
Posee 17 récords mundiales en construcción de puentes.
En el suroeste de China se encuentra la ciudad de Chongqing, un prodigio de la ingeniería y la creatividad urbana. Esta metrópoli alberga algunas de las estructuras más innovadoras y sorprendentes del mundo. Cuenta con más de 20.000 puentes construidos para atravesar su complejo terreno montañoso y los ríos Yangtze, Jialing y Wujiang.
Entre sus puentes hay uno que destaca albergar el barrio de Linshi. Se tarta de una hilera de edificios que mezclan estilos arquitectónicos tradicionales chinos con influencias occidentales modernas. El barrio es una demostración de la creatividad en la construcción urbana de la región, convirtiéndose un ejemplo impresionante de cómo la arquitectura se adapta a las limitaciones del espacio.
La elevada población de Chongqing, que supera los 32 millones de habitantes, es una de las razones por las que se realizó un diseño urbano tan innovador. De hecho, la ciudad tiene 17 récords mundiales de construcción. Entre ellos destaca el Chaotianmen, el puente de arco de acero más grande del mundo, y el Huangjuetuo, que pronto será la estructura colgante de doble uso más grande, diseñado para tráfico ferroviario y de vehículos.
Retos y avances en la ingeniería
En las últimas dos décadas, Chongqing ha liderado avances en la tecnología de puentes, integrando soluciones modernas con el patrimonio cultural. La topografía montañosa de Chongqing representa un desafío único. Según el medio Express, el diseñador jefe de Lin International, Jiang Zhonggui, explicó que "la innovación en estos puentes surge de las necesidades únicas creadas por nuestra disposición geográfica y urbana. Ser una ciudad montañosa nos obliga a pensar de manera creativa para satisfacer las demandas de transporte".
Más allá de ser una red vital de transporte, los puentes de Chongqing reflejan la capacidad de la ciudad para transformar obstáculos naturales en maravillas arquitectónicas. Linshi, construido sobre uno de ellos, es un claro ejemplo de cómo la ingeniería y la arquitectura pueden crear espacios únicos en entornos complejos.