El único desierto de Europa está en España y tiene un paisaje único
Tiene una extensión de 280 kilómetros cuadrados.
Para ir al desierto no hace falta ir a África, trasladarse a América o visitar Oriente Medio. Aunque en Europa solo hay un desierto de las 164 zonas desérticas del mundo, este está en España y no es otro que el desierto de Tabernas en Almería.
El Paraje Natural del Desierto de Tabernas está ubicado entre las sierras de los Filabres y de Alhamilla y aunque sus dimensiones son reducidas, apenas 280 kilómetros cuadrados, no tiene nada que envidiar a otros impresionantes paisajes desérticos.
En su paisaje se pueden ver cárcavas, impresionantes taludes, torrenteras y ramblas fruto de las corrientes de aire y la erosión geológica. Por ejemplo, en la web de turismo de la Junta de Andalucía recogen la presencia de "microcráteres provocados por el impacto de gotas de lluvia, chimeneas de hadas, surcos o regueros, gullies, sismitas (capas deformadas en pliegues como consecuencia de actividad sísmica en el momento de la deposición), arrecifes fósiles,... o el emblemático y majestuoso Cerro Alfaro".
El clima subárido de la zona hace que no se lleguen apenas a 250mm de precipitaciones anuales y la temperatura sea superior a 17ºC, llegando a superar los 40ºC en época estival. Este microclima en la zona, que poco tiene que ver con el de otras regiones de Almería, se debe a que la Sierra de los Filabres y la Sierra de Alhamilla lo resguardan de los vientos húmedos.
Sus orígenes se remontan a 4 millones de años y, más específicamente, de su evolución tectónica y climática en los últimos 150.000 años. Entonces, el mar Mediterráneo se adentraba en la Península Ibérica y al retirarse fue dejando capas de sedimentos que, a través de la erosión del agua y el viento, formaron el paisaje actual.
Este paraje cuenta con una flora particular, como la crucífera Euzomodendron bourgaeanum, Limoniun insignis o la parásita Cynomo rium coccineum. Pero también ha sido declarada Zona de Especial Protección para las Aves, ya que allí encuentran lugar para refugiarse y nidificar especies como el "cencejo real, el avión roquero, el roquero solitario o la grajilla", pero también otras aves esteparias como "el alcaraván, la ganga y la cogujada".
Si por algo se ha caracterizado este desierto es por ser plató de las películas conocidas como spaghetti westerns entre 1960 y 1970 debido a su terreno escarpado que recuerda a los cañones estadounidenses. Sergio Leone filmó cintas como Por un puñado de dólares y El bueno, el malo y el feo, con Clint Eastwood como protagonista. Pero también se han grabado cintas como Lawrence de Arabia o Indiana Jones. De ahí, que se puedan visitar los parques de MiniHollywood Oasys y Fort Bravo, donde se recoge ese legado cinematográfico.