El pueblo de Tarragona imperdible para todos los amantes de Mazinger Z

El pueblo de Tarragona imperdible para todos los amantes de Mazinger Z

Todo un paraíso para los fans del legendario robot gigante.

Mazinger Z.Europa Press

Seguro que todos alguna vez hemos visto u oído hablar de la mítica serie de Mazinger Z, aquel legendario robot gigante que marcó un antes y un después en el mundo del anime y la ciencia ficción. Con su diseño revolucionario y la capacidad de lanzar puños voladores, este se convirtió rápidamente en un icono cultural y hoy en día es recordado con cariño y nostalgia por muchos fanáticos. Pero ¿sabías que hay un pueblo en España que presume de tener una escultura de este mítico personaje?

Se trata de Cabra de Camp, un pintoresco pueblo de Tarragona que apenas cuenta con 1.200 habitantes pero que alberga una impresionante estatua de Mazinger Z. Concretamente, esta figura colosal de 10 metros de altura se encuentra en la urbanización de Mas del Plata y se ha convertido en todo un símbolo local y un inesperado reclamo turístico. Dicha estatua se alza como un homenaje al legado cultural y al impacto que la serie tuvo en España.

Su origen se remonta al año 1978, cuando se entrenó el anime japonés en nuestro país. Fue entonces cuando a los promotores de la urbanización de Mas del Plata se les ocurrió la idea de construir una estatua de Mazinger Z para atraer a familias con niños a este nuevo complejo, motivados por el creciente fervor de la serie entre los jóvenes españoles. Por ello, esta figura se alza en medio de un solar entre las viviendas que conforman la urbanización. 

Todo un símbolo local

Un año después, en 1979, el robot ya estaba en pie custodiando las nuevas edificaciones de la zona. Para su construcción se utilizaron materiales como acero y fibra de vidrio, y se colocó sobre varias peanas de hormigón, convirtiéndose en una atracción emblemática de la región. En su momento el presupuesto consistió en un millón de pesetas, lo que equivale a unos 6.000 euros, una inversión invaluable en términos culturales.

En un principio se pensó en hacer un mirador en lo alto de la escultura, para lo que había que construir unas escaleras internas que permitieran a los visitantes subir de los pies a la cabeza y disfrutar así de unas vistas sin igual, pero eso no se quedó más que en una simple idea. Esta visión nunca se llegó a materializar como tal y la escultura terminó siendo lo que es actualmente: una figura digna de admirar desde el suelo. 

Con el paso del tiempo, la estatua de Mazinger Z se ha ganado la simpatía de los residentes y de los fans que lo visitan desde todos los rincones de España, convirtiéndose en mucho más que un simple adorno arquitectónico. Este gigante de acero ha pasado a ser un punto de encuentro para los entusiastas del manga y del anime, así como uno de los lugares más fotografiados del municipio y viralizado en las redes sociales.

Esta curiosa mezcla entre un tranquilo pueblo tarraconense y un héroe de ficción japonés es todo un ejemplo de cómo la cultura popular puede dejar huella en los lugares más insospechados. Así, Mazinger Z ha adquirido un estatus casi mítico en la región, atrayendo a visitantes de todas partes que buscan admirar a este gigante de acero que parece estar a la espera de cualquier aventura en los serenos paisajes de Cabra del Camp.