El pueblo conocido como la 'Ciudad del Agua' al que merece la pena hacer una escapada este verano
Es una joya del barroco cordobés, señorial y con una fortaleza árabe
El agua brota por todas partes. También las leyendas, muchas de ellas ciertas, entorno a su historia y los personajes que se quedaron embelesados por sus encantos. Se trata de Priego de Córdoba, situado al sudeste de esta provincia andaluza, situado en pleno Parque Natural de la Sierra Subbética. Es conocido por dos calificativos: la ciudad del agua y la joya del barroco cordobés. Lo primero, por la abundancia de manantiales y fuentes y la segunda por su patrimonio, que cuenta desde con una fortaleza árabe hasta con sus iglesias, conventos, palacios y casas señoriales con claro estilo barroco.
Entre las leyendas que se cuentan de Priego destaca la que hace referencia a la Fuente de la Salud. Parece ser que Alfonso XI puso allí su campamento y es una de las que ayuda a canalizar el manantial que reparte el agua por sus calles y sus casas. La otra tiene que ver con otra fuente, la del Rey, de estilo barroco-neoclásico, se empezó a construir en el siglo XVI y no dejó de sufrir modificaciones hasta el XIX. En el centro de esta gran fuente hay una escultura de Neptuno y Anfitrite montados en un carro tirado por caballos que salen del agua. Al verla para que nos encontramos en los jardines de un gran Palacio, como los de La Granja de San Ildefonso, en Segovia, o los de Jardines de Boboli, en Florencia, y no en mitad de un pueblo cordobés. Y es una de las cosas que hacen tan especial este lugar. Para que a nadie le parezca exagerada la comparación hay que decir que ambas fuentes están declaradas Monumento Nacional.
La localidad cuenta, además, con otro Monumento Nacional, una fortaleza árabe reformada en los siglos XIII y XIV, que cuenta con una muralla y en cada esquina torres defensivas. Pero, aparte de estos monumentos, quizás el mayor atractivo reside en sus calles, con numerosas casas señoriales y con el sonido de fondo en cualquier esquina del agua de los manantiales. Un lugar para no perderse este verano. O sí, pero por él.