El pueblo de Cataluña que aúna presente y pasado: murallas medievales y playas de ensueño
Uno de los municipios más emblemáticos de la Costa Brava.
En verano, son muchos los que eligen la playa como destino ideal para descansar y desconectar del barullo de la ciudad. Sin embargo, otra opción cada vez más popular es hacer turismo y descubrir nuevos lugares llenos de historia y encanto. Pero ¿por qué elegir entre estas dos opciones? Hay rincones de España que permiten disfrutar de ambas posibilidades. Lugares donde se entrelazan la belleza natural con un rico patrimonio histórico y formas de refrescarse.
Esto es posible en localidades como Tossa de Mar, un pequeño pueblo costero de Girona que se encuentra a poco más de una hora de la capital barcelonesa. Se trata de un entramado urbano de ambiente relajado y bohemio que está rodeado por unas murallas medievales que se han convertido en el principal atractivo del lugar. Una zona amurallada que fue construida en el siglo XIII y que ahora ha sido declarada monumento histórico artístico nacional.
Estas fortificaciones fueron diseñadas para proteger a la población de los ataques piratas y, no solo cumplieron su función, sino que además se han mantenido intactas en la mayoría del área perimetral después de centenares de años. La construcción alberga cuatro torreones y tres torres cilíndricas, además de un patio de armas y un portal dovelado que da paso a la Vila Vella. En este espacio se pueden visitar edificios históricos como la antigua iglesia de Sant Vicenç.
Calas y playas paradisiacas
Tossa de Mar es uno de los municipios más populares y emblemáticos de la Costa Brava, ya no solo por su imponente muralla y riqueza histórica, sino también por sus numerosas playas que atraen a turistas de todo el mundo. La más famosa y frecuentada es la playa Grande, ubicada a los pies del Cabo de Tossa y del recinto amurallado. Con su arena dorada y sus aguas cristalinas es el lugar perfecto donde relajarse después de visitar la localidad.
También destaca la playa d’es Codolar, escondida detrás de las murallas bajo la torre del homenaje. Ofrece un entorno más rustico y salvaje, con formaciones rocosas que trasladan a un ambiente más natural a la par que exclusivo al ser más difícil acceder a él. Además, este pueblo también cuenta con diversas calas más alejadas del barullo turístico y con una atmósfera más tranquila. Destacan así Cala Bona, de suelo rocoso; Cala Pola, entre acantilados; y Cala Llevadó, ideal para bucear.
Finalmente, esta localidad también tiene una brillante oferta gastronómica y cultural. Con restaurantes locales donde degustar los deliciosos mariscos frescos y diversos festivales que celebran la cultura catalana. En resumen, Tossa de Mar es un destino que combina lo mejor de la historia y la naturaleza, ofreciendo a los visitantes una experiencia completa y enriquecedora.