El pueblo blanco con un castillo medieval y una misteriosa cueva prehistórica
Te resumimos los encantos de Zuheros, en Cordóba.
Zuheros obtuvo la distinción de conjunto histórico-artístico en 2003 y se erige como la joya de la corona en Córdoba. Su ubicación privilegiada en el Parque Natural de la Sierra Subbética lo convierte en un remanso de belleza atemporal.
Las casas encaladas, típicas de la región andaluza, le confieren ese encanto inigualable que atrajo la atención del National Geographic, siendo catalogado como uno de los pueblos más hermosos de España. Recorrer sus calles estrechas y sinuosas, flanqueadas por casas de dos plantas con tejados a dos aguas y adornadas con puertas y ventanas de madera, es un deleite para los sentidos.
En el corazón histórico de Zuheros se encuentran destacados monumentos como el Ayuntamiento, la plaza de Abastos, el Museo de Costumbres y Artes Populares Juan Fernández Cruz, y el Museo Arqueológico Municipal, este último sumergiéndonos en la historia de la región desde tiempos paleolíticos. La iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, erigida en el siglo XVI, añade otro capítulo imprescindible a la visita.
El Castillo-Palacio de Zuheros, testigo de la rica historia del lugar, se alza imponente. Inicialmente parte del califato de Córdoba, sufrió transformaciones renacentistas inacabadas y posterior abandono, para renacer ahora como un punto de interés ineludible, brindando vistas panorámicas incomparables.
Justo bajo la roca que sostiene el castillo, se despliega un puente colgante que invita a explorar las zonas menos transitadas y a descubrir nuevos paisajes.
La Cueva de los Murciélagos, Monumento Natural, cautiva con su complejo sistema de cavernas y galerías. Habitada desde épocas prehistóricas hasta la era romana, alberga pinturas rupestres y formaciones pétreas espectaculares, testimonios de un pasado remoto.
Con casi mil metros de extensión, esta cueva se integra en la Ruta de los Ammonites del Geoparque de las Sierras Subbéticas, ofreciendo un recorrido fascinante que deja una huella imborrable.
Para los amantes de la naturaleza, la Vía Verde de la Subbética es un tesoro por descubrir. Siguiendo el trazado del antiguo Tren del Aceite, este sendero de 57,3 km nos adentra en un paisaje salpicado de olivares y viñedos, revelando no solo la grandeza natural de la sierra, sino también la arquitectura ferroviaria preservada a través de viaductos, estaciones y túneles.