El pueblo a 30 minutos de Tarragona con un sinfín de calas ocultas: un paraíso mediterráneo

El pueblo a 30 minutos de Tarragona con un sinfín de calas ocultas: un paraíso mediterráneo

Un total de treinta playas y calas para todos los gustos.

Puerto pesquero de L’Ametlla de Mar.EFE

Con la llegada del verano y el aumento inminente de las temperaturas son muchos los madrileños que huyen de la capital en busca de zonas costeras donde refrescarse. Por suerte, España está llena de playas y rincones idílicos donde escaparse y desconectar en un entorno natural incomparable. Desde las aguas cristalinas del Mediterráneo hasta las frías playas del Atlántico, cada lugar ofreciendo una experiencia única y revitalizante.

No obstante, existe un pueblo de Tarragona donde puedes encontrar todo un “paraíso de playas” según la revista National Geographic. Se trata de L’Ametlla de Mar, una localidad situada en la comarca del Bajo Ebro y en plena Costa Daurada. A tan solo media hora de la ciudad tarraconense, este se considera uno de los secretos mejor guardados del litoral catalán gracias a su autenticidad y su impresionante entorno natural con un sinfín de calas ocultas.

Este municipio alberga un total de treinta playas, calas, bahías y costas fascinantes. Numerosos lugares de descanso y desconexión que convierten a L’Ametlla de Mar en un destino turístico idóneo para los más amantes de este tipo de vacaciones. Además, también cuenta con playas adaptadas a deportes y actividades marinas, como el kayak o el paddle surf, para aquellos que prefieran un mayor dinamismo; así como playas que permiten mascotas.

Algunas de sus joyas naturales

Entre los rincones paradisiacos que alberga esta localidad destaca la playa del Fangar, con 410 hectáreas de arena adornadas con un faro, uno de los símbolos más emblemáticos de esta playa. Un amplio espacio que permite un sinfín de posibilidades, desde relajarse tomando el sol hasta pasear por la orilla, incluyendo jugar en compañía sobre la arena. Aunque también destaca la playa del Torrent del Pi, popular entre aquellos que prefieren el baño sin ropa. Aunque cada vez son más los turistas no nudistas que acuden a estas aguas.

Otras de las maravillas que recomiendan desde National Geographic son la Cala del Bon Caponet y Cala del Cementiri, rincones de aguas totalmente cristalinas y arena clara. Además de la Cala Santes Creus, un lugar más escondido que permite disfrutar de una experiencia más relajada con vistas al mar Mediterráneo mientras de espaldas se sitúa un estanque digno de admirar.

Sin embargo, el encanto de L’Ametlla de Mar no se limita únicamente a sus calas, sino que también ofrece una amplia gama de actividades al aire libre. Desde snorkel en las playas, hasta senderismo por todos los caminos que recorren la costa y el interior. A su vez también cuenta con una brillante oferta gastronómica con platos como el suquet de peix o las gambas rojas de la Ametlla, productos locales que no pueden faltar en ningún establecimiento.

Finalmente, este pequeño pueblo costero también mantiene viva su rica herencia cultural, con la celebración de eventos anuales que reflejan sus tradiciones marineras. En definitiva, L’Ametlla de Mar se consolida como un destino que no debe pasarse por alto estas vacaciones por su brillante combinación de calas, actividades para todos los públicos y riqueza gastronómica.