El pueblecito de Cádiz reconvertido en 'gran ciudad' que esconde un llamativo grifo mágico
Una ilusión óptica que no deja indiferente a nadie.
Desde el pasado mes de marzo, el Puerto de Santa María es oficialmente una Gran Ciudad, un reconocimiento que destaca su crecimiento demográfico, económico y administrativo. Un estatus que permite al municipio acceder a una mayor autonomía en la gestión de sus recursos, así como tener más competencias y aportar un mayor empuje y prestigio al puerto y sus portuenses. Y no es para menos, ya que esta localidad alberga muchos tesoros.
Una de sus esculturas más emblemáticas y populares de todos los tiempos es el conocido ‘grifo mágico’ que parece sostenerse en el aire. Se trata de una fuente de agua, curiosa cuanto menos, ubicada en Aqualand Bahía de Cádiz, el parque acuático de esta localidad. Aunque no se trata del único grifo “volador” en España, sí se puede considerar uno de los más famosos y visitados tanto por locales como por turistas.
El artista que se encargó de dar vida a esta curiosa escultura en 2006 fue el francés Philippe Gabriel Thill. Un autor contemporáneo que destaca por replicar objetos cotidianos a gran escala y colocarlos en posturas o lugares imposibles, como es el caso de este grifo gigante que parece flotar en el aire mientras un fuerte chorro de agua cae en perpendicular. Lo que a priori parece cosa de magia, en realidad tiene una explicación sencilla escondida tras esa ilusión óptica.
¿Cómo es posible?
Hablando claro, tras ese potente chorro de agua que cae se oculta una tubería que presenta una doble función. Por un lado, esta funciona como soporte de la estructura, sosteniendo así el grifo en las alturas; y por otro lado, suministra el agua de abajo a arriba para que luego vuelva a caer. Es decir, a través de esta tubería el agua viaja del estanque al grifo de forma constante, tapando a su vez la propia cañería para generar una ilusión óptica sin igual.
Un elaborado sistema de ingeniería que nos hace creer que el grifo se sostiene en el aire como si por arte de magia se tratase. Esta escultura se ha convertido en uno de los elementos más fotografiados de los últimos tiempos, habiéndose hecho viral en varias ocasiones en las redes sociales, lo que se materializa en un aumento de los visitantes de todas partes del mundo, todos ellos curiosos por admirar en persona este enigmático grifo.
Con su reciente estatus como Gran Ciudad y este misterioso monumento, el Puerto de Santa María no solo avanza en términos económicos y administrativos, sino que también refuerza su atractivo cultural y turístico. La obra de Philippe Gabriel Thill es un claro ejemplo cómo la localidad combina ingenio artístico y modernidad para captar la atención de miles de visitantes, una estrategia innovadora a la par que efectiva.