El paisaje natural de Cáceres que oculta una comarca con más de 40 piscinas naturales aguardando
El refugio perfecto para estos días de tanto calor.
El sofocante calor de la capital obliga a muchas personas a buscar refugios en lugares donde la naturaleza ofrece un respiro termostático. Entre los destinos más frecuentados destacan los bosques con árboles altos que ofrezcan sombra permanente donde hacer un picnic o las piscinas de agua natural donde poder refrescarse y combatir las altas temperaturas. Lo que muy poca gente sabe es que Cáceres alberga en su interior una multitud de estos paraísos salvajes.
Concretamente, la comarca de la Vera es conocida por su espectacular paisaje natural, que se conforma por una gran cantidad de gargantas, ríos y bosques frondosos. Se presenta como el lugar ideal para una escapada rural debido a sus 46 piscinas naturales que se forman a lo largo de estas gargantas y que se extienden por varias zonas de la localidad. Estas se han convertido en el mayor atractivo de la zona y son la razón por la que cada vez más viajeros se acercan hasta allí.
Para encontrar estas formaciones de aguas cristalinas debes adentrarte en el Parque Nacional de Monfragüe y la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, lugares reservados para el público y que se encuentran en un muy buen estado de conservación, ya que también son el hogar de la fauna de la región. Entre las piscinas naturales que podemos encontrar hay dos que están certificadas: la Garganta Jaranda en Jarandilla de la Vera y la Garganta Río Moro en Viandar de la Vera.
Paraíso perfecto para desconectar
Cada una de las gargantas de las que nacen estas piscinas fluviales tiene diferentes características aportando un toque único y personal. No obstante, el denominador común de todas ellas es que, por lo general, ofrecen pozas de agua clara, rodeadas de roca y vegetación, donde los visitantes pueden disfrutar de un baño refrescante en un entorno completamente natural. Por ello estas piscinas suelen estar muy frecuentadas por familias.
Además de estas pozas, la región también permite realizar otras muchas actividades como por ejemplo el senderismo. Adentrarte entre la vegetación para divisar ya no solo las cascadas pequeñas que el paisaje ofrece, sino también todas las aves que habitan la región. Además de la posibilidad de realizar estas rutas a caballo o en bicicleta, eso sí, cuidado con algunas partes del sendero que se pueden complicar si vas sobre ruedas.
La Vera también cuenta con otros rincones interesantes que valen la pena visitar, como por ejemplo el Castillo de Jarandilla, construido en el siglo XV y perteneciente a los Condes de Oropesa. Esta fue también la vivienda de lujo del emperador Carlos V, hasta que en 1966 se nombró esta edificación como parador Nacional de Turismo, y hoy en día es frecuentada tanto por locales como por turistas internacionales.
En resumen, Vera en Cáceres es una joya escondida de la naturaleza en Extremadura, con su combinación de paisajes imponentes, aguas cristalinas y una rica herencia cultural. Además de por su gran belleza arquitectónica que cada vez fascina a más turistas. En definitiva, un destino ideal para quienes buscan naturaleza y tranquilidad.