El emperador obsesionado con los números que construyó el único castillo octogonal del mundo

El emperador obsesionado con los números que construyó el único castillo octogonal del mundo

Es Patrimonio de la Humanidad desde 1996

El emperador obsesionado con los números que construyó el único castillo octogonal del mundoIA

El octógono perfecto. Con eso estaba obsesionado el emperador Federico II de Suabia cuando se le ocurrió la idea de construirlo. Pero, lo que parecía una locura, fruto de la obsesión de un monarca por las matemáticas, se ha convertido en un símbolo de la arquitectura medieval europea, que, además, desde 1996, es un monumento considerado por Naciones Unidas como Patrimonio de la Humanidad.

La construcción en cuestión se trata del Castel del Monte y se encuentra, a más de 500 metros de altura, en el centro del Parque Nacional de Alta Murgia, situado en la región italiana de Puglia. Es un edificio bien peculiar. Cuenta con ocho torres en cada esquina, que, cómo no, también son octogonales. Se construyó en 1240, cuando Federico II ostentaba los títulos de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y Rey de Sicilia.

Su idea era combinar en esta obra arquitectónica elementos estilísticos de diferentes épocas y estéticas. Un experimento que, según el gusto de cada quien podía resultar una obra maestra o un horror estético. Así lo hizo. De forma que los cientos de turistas que acuden a la zona para contemplarlo (aunque el visitar ya sólo este parque nacional italiano merece la pena) se encuentran con unos leones en la entrada con trazos románicos, mosaicos islámicos, torres góticas y unos frisos que recuerdan el arte clásico.

Federico II hizo construir muchos castillos y fortalezas a lo largo de su reinado, pero éste ha quedado, sin duda, para la posteridad, como la obra por la que todos le recuerdan. Y justo éste, claramente, no debía tener el objetivo de defender nada, ya que ni tiene foso, ni guaridas o muros para que se escondieran los soldados, ni puente levadizo… Es más, cuenta con unas escaleras de caracol construidas justo al revés de lo que establecían los cánones defensivos: se debían idear de tal manera que favoreciera a los defensores del castillo, que solían ser diestros, para tener la mano derecha libre mientras las recorrían. Pues en el Castel del Monte, las escaleras les dejaba libre la mano izquierda.

Claramente es un edificio de capricho, ideado por un hombre amante de las artes, la literatura, la arquitectura, las matemáticas y, por lo que parece deducirse, con una cierta y un tanto escalofriante, obsesión por la geometría. ¿Su mayor fijación? El número 8. La prueba es que, como decíamos, la estructura de la edificación se divide en un octógono perfecto; cuenta con ocho torres, cada una de planta octogonal, y para más inri, el interior cuenta con ocho habitaciones en la planta baja y otras ocho en la primera planta.