El apacible pueblo medieval que fue testigo de las andanzas del legendario Cid Campeador
Una villa que fue escenario de caballeros, castillos y reconquistas.
Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el Cid Campeador, es uno de los personajes más legendarios de la historia de España. Un caballero castellano cuya vida estuvo marcada por la lealtad, el destierro y las batallas, todo ello inmortalizado en el “Cantar del mio Cid”, una de las grandes epopeyas medievales de la literatura española. Este personaje recorrió diversas tierras de la península y hoy te traemos uno de los lugares que más marcaron su paso.
Estamos hablando de Atienza, un encantador pueblo medieval de la provincia de Guadalajara que se ha convertido en uno de los grandes reclamos para escapadas otoñales e invernales. A tan solo un par de horas de Madrid, este pueblo de aire apacible y calles empedradas que parecen sacadas de otra época fue todo un escenario clave en las gestas del célebre caballero.
Sin ir más lejos, este pequeño municipio de apenas 350 habitantes aparece reflejado en dos ocasiones en el “Cantar del mio Cid”. Ubicado en lo alto de un cerro y rodeado de un paisaje que parece resistir el paso del tiempo, Atienza conserva en su arquitectura y tradición el eco de una época de caballeros, castillos y reconquistas. Durante el siglo XI fue una fortaleza estratégica y un refugio donde el Cid, en su recorrido de destierros, dejó su huella.
Un pueblo con mucha historia
El monumento más representativo del pueblo es su imponente castillo, ubicado a 200 metros de altura y coronando toda la villa. Se trata de una fortaleza que actualmente luce similar a la proa de un barco que emerge sobre un escarpado peñón. El Cid Campeador se refería a este emblemático lugar como “peña muy fuerte”, y así quedó reflejado en la obra que narra su vida. Además, este castillo acogió en su día a celtíberos, árabes y cristianos, y ahora se puede visitar a diario de forma gratuita.
Durante mucho tiempo Atienza fue un punto clave y estratégico en tierras castellanas, albergando en su interior diversas murallas, iglesias y todo tipo de edificaciones. En su día, llegó a tener más de 10.000 habitantes, 15 parroquias y un centenar de clérigos repartidos en numerosos conventos. Actualmente se mantienen en pie las iglesias de Santa María del Rey, la más antigua de la zona, y la de la Trinidad.
Para aquellos que buscan sumergirse en la historia de España y revivir la leyenda del Cid, Atienza se presenta como una parada obligatoria de cara a este próximo otoño. Su tranquilidad actual contrasta con el vibrante pasado de batallas y epopeyas que envuelven sus murallas, invitando a los visitantes a perderse en sus rincones, donde cada piedra parece tener una historia que contar.