Cinco anfiteatros romanos españoles que nos transportan a Italia
Unos lugares para viajar en el tiempo.
Cuando se piensa en organizar unas vacaciones o hacer una escapada, son muchos los que ponen el foco más allá de nuestras fronteras. Sin embargo, en muchas ocasiones dentro de España se encuentran lugares que parecen sacados de otro país, e incluso de otra época.
Es el caso de los anfiteatros romanos. Pese a que el foro de Roma, el Coliseo o el circo de la ciudad italiana sean de los más visitados del mundo y sean impresionantes, el paso de la Antigua Roma por Hispania también puede verse en los teatros y anfiteatros que dejaron en varias ciudades.
Estos son cinco son algunos de los ejemplos del legado romano en España en los que poder hacer todo un viaje a la época de los gladiadores:
Anfiteatro de Mérida
Ubicado junto al teatro romano de la localidad extremeña, aunque llevado a cabo con materiales más pobres, allí tenían lugar las luchas de gladiadores y las luchas entre animales salvajes, para las que, según cuentan en la web de turismo de Mérida, "recreaban bosques, selvas con lagunas o desiertos, todo ello sobre las grandes tarimas de madera que formaban la arena".
El anfiteatro, inaugurado en el año 8 a.C. , contaba con cinco puertas monumentales que entre galerías albergaba una capacidad para entre 15.000 y 16.000 espectadores.
El de Tarragona
Este anfiteatro con unas impresionantes vistas al mar tiene como curiosidad que su graderío fue excavado directamente sobre la roca. Construido en el siglo II, allí se quemaron vivos al obispo Fructuoso y a sus diáconos Augurio y Eulogio, según cuentan en la web de turismo de Tarragona.
Además de las ejecuciones públicas, tenían lugar las famosas luchas de gladiadores, para las que este emplazamiento junto al mar permitía transportar más fácilmente las jaulas de las fieras que llegaban en barco. Mientras que el de Mérida podía acoger hasta 16.000 personas, el aforo de este anfiteatro se cifra en unas 14.000.
En Itálica
En Santiponce (Sevilla) se ubica este yacimiento romano de la que se considera la primera ciudad fundada en Hispania, concretamente en el año 206 a.C. Su anfiteatro es el más grande de España con una capacidad para acoger hasta 25.000 espectadores.
Construido por orden del emperador Adriano ha logrado también su fama por convertirse en el Pozo del Dragón en Juego de Tronos.
El anfiteatro de Segóbriga
Ubicada en torno al cerro Cabeza de Griego, en la provincia de Cuenca, se encuentran los restos de esta ciudad romana. Además de anfiteatro, el yacimiento de Segóbriga cuenta con murallas, termas, acueducto, circo, y teatro, ubicado frente al anfiteatro en la entrada de la ciudad.
El acceso mediante dos grandes puertas se da mediante un pódium apartado de la grada, para mayor seguridad de los 5.500 asistentes que podía albergar. "Su lado sur está parcialmente excavado en la roca, mientras que el norte se levantó desde el suelo con grandes muros de cantería, hasta más de 18 metros de altura", detallan en la web de turismo de Segóbriga.
El de Carmona
También en la provincia de Sevilla, concretamente en la localidad de Carmona, la antigua Carmo, se ubica este anfiteatro datado del siglo I a.C y considerado el más antiguo de España. Su construcción coincidió con la importante necrópolis de la ciudad y con su Vía Augusta.
Además de ser lugar de peleas de gladiadores, también era lugar de entrenamiento de las tropas militares que se turnaban en la arena con los luchadores.