Avilés, Gijón y Oviedo, las ciudades asturianas en diez movimientos
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Avilés, Gijón y Oviedo, las ciudades asturianas en diez movimientos  

En ruta para descubrir a la reconvertida Avilés, para disfrutar de la alegría de Gijón y admirar la monumental Oviedo en su faceta más 'chic'.

La iglesia de San Pedro se levanta en un extremo de la playa de San Lorenzo y a los pies del barrio de Cimadevilla de Gijón.

Asturias es verde, azul y blanca. Son los colores de su generosa naturaleza que cada año atrae a cientos de miles de visitantes que la eligen como destino de vacaciones o de una escapada. 

Mucho se ha escrito hablado y debatido sobre sus playas, sus montañas, sus valles sus bosques y su gastronomía pero hay una Asturias, quizá no tan popular, que merece un capítulo aparte y que completa la oferta natural hasta componer una propuesta redonda.

Nos referimos a las tres villas asturianas que son los vértices de un triángulo cultural, monumental y urbano: Avilés, Gijón y Oviedo. Tres ciudades con un espíritu diferente que viven un momento de esplendor y que proponemos recorrer en diez movimientos para disfrutarlas en toda su riqueza.

Avilés, el nuevo corazón cultural asturiano

La villa de Avilés, levantada junto a la ría que durante siglos fue uno de lo puertos pesqueros más importantes de España, ha desligado también su nombre a la actividad industrial que durante el siglo XX la cubrió de cierto halo gris. 

Ese intenso pasado comercial y de actividad económica había sepultado la riqueza histórica y monumental de la villa, escondiendo un rico catálogo de casonas de indianos, iglesias o palacios que en los últimos años se han puesto en valor y han convertido Avilés en un interesante destino histórico-cultural.

El antes y el después lo señaló el proyecto del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, que fue el gran empujón que recibió la ciudad como centro cultural del referencia en el mundo. A partir de ese momento, Avilés se preparó para ser parada obligada en el famoso circuito turístico asturiano y eso le valió el reconocimiento de ser Mejor Destino Turístico Accesible en 2016.

El casco histórico de la villa avilesina  —declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1955— presume de dos kilómetros de calles porticadas –es la segunda con estas características, la primera es Santiago de Compostela— en los que resguardarse de la lluvia o del sol.  Y en ese entramado de soportales, plazas, travesías y calles empedradas esconde sus grandes joyas arquitectónicas. Desde el la iglesia de San Nicolás de Bari, del siglo XIII, situada en la plaza de Álvarez Acebal, hasta el rotundo Palacio del Marqués de Camposagrado, pasando por el Palacio Valdés, que hoy acoge el teatro del mismo nombre, o la iglesia neogótica de Santo Tomás de Canterbury.

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Justificada está la interrupción del paseo por la ciudad para sentarse en la terraza de alguna de sus animadas plazas o entrar en alguno de las sidrerías o restaurantes de Avilés para degustar lo mejor de su gastronomía, como los quesos elaborados allí mismo, la longaniza típica o el famoso bollo mantecado.

Gijón, la ciudad alegre

Surfistas, ciclistas, paseantes y turistas llenan de vida el paseo marítimo de Gijón, demarcado por la interminable e icónica barandilla blanca que recorre la playa de San Lorenzo. Esta es la fotografía más actual y la síntesis más fiel de la vida de esta ciudad asturiana, alegre y llena de vida.

El idílico paseo del Muro de San Lorenzo arranca en el barrio de Cimavilla, el barrio de pescadores que se extiende sobre el cerro de Santa Catalina y que fue el origen de la ciudad. Hoy es un encantador rincón en el que disfrutar, entre vestigios romanos, admirables palacios, como el de Revillagigedo, y genuinas sidrerías de imponentes vistas del mar Cantábrico.

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Fuera del casco histórico de Gijón, el paseo continúa por algunas de sus vías más emblemáticas, como el paseo Begoña y la modernista calle Corrida, con sus distinguidos cafés y su deliciosa oferta de confitería, y sus afamados restaurantes donde degustar lo mejor de la gastronomías asturiana: fabes, escalopines al cabrales, pastel de cabracho, pixin...

Y si la propuesta gastronómica es uno de los puntos fuertes de Gijón, su propuesta cultural ha ido ganando sitio en las últimas décadas gracias a la Universidad Laboral de Gijón. El conjunto arquitectónico se levantó a mediados del siglo XX como proyecto para albergar un orfanato, aunque se recondujo como centro de formación profesional que también dio cobijo y formación a los huérfanos de los mineros. En 2007 se recuperó como Laboral Ciudad de la Cultura y hoy es el centro neurálgico cultural de la ciudad con un intenso programa de teatro, exposiciones, tertulias y conciertos.

La señorial y 'chic' Oviedo 

La Vetusta de La Regenta es la gran referencia literaria de la capital asturiana, pero poco queda ya de aquella pequeña y provinciana ciudad del norte de España. Oviedo es hoy villa abierta y moderna, que ha encontrado el equilibrio entre ese histórico carácter señorial y un estilo más 'chic'.

Monumentalmente, Oviedo es una ciudad que tiene su propia página en la historia del arte español. Las iglesias de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo —como referente de prerrománico español—, la catedral gótica de San Salvador —una de las más importantes de España— además de otras tantas iglesias y palacios justifican sobradamente el paseo monumental.

El paseo más 'chic' lo hace el caminante entre las avenidas, calles y plazas flanqueadas por extraordinarias construcciones y distinguidos cafés, selectos restaurantes de gastronomía asturiana y exquisitas pastelerías que huelen de maravilla a carbayones, a pastas de chocolate conocidas como moscovitas, a casadiellas y a finos bombones.

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El lado más señorial de la ciudad lo reconocemos cada año con la entrega de los Premios Princesa de Asturias en sus dos escenarios principales: el Hotel Reconquista, que ocupa el magnífico edificio que fue antiguo hospicio, y el suntuoso Teatro Campoamor, en la calle Pelayo, por donde la familia real, los premiados y los invitados desfilan el día de la gran cita.

Y entre café y bombones, paseos y visitas, sidra y cabrales, las compras también tienen su lugar. Para ello nada mejor que acercarse al Mercado del Fontán —de lunes a domingo por la mañana— para comprar algunos de los ricos productos de la tierra (queso, fabes, dulces...) o caminar por una de las calles comerciales de la ciudad en busca de las exclusivas tiendas que salpican la ciudad.

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Mila Fernández es redactora de LIFE en 'El HuffPost' y editora de branded content. Antes, fue redactora de estilo de vida y gente en revistas femeninas —AR, LOVE y SMODA—, dirigió la revista Turismo Rural y trabajó delante del micro en Radio España. Puedes contactar con ella en mila.fernandez@huffpost.es