Muchas celebraciones o momentos especiales van acompañados de una botella de vino.  Lo que ocurre en ocasiones, cuando se impone la prudencia, es que no nos la tomemos entera y surja la duda de qué hacer con lo que sobra. 

Hay quien congela el vino sobrante en cubiteras y así se tienen pequeñas dosis para cocinar, pero también puede ocurrir que queramos tomar ese vino en los siguientes días.

Entonces, ¿qué hacer? ¿Hay alguna manera de conseguir que aguante en buenas condiciones una vez lo hemos descorchado?

En Ilta Sanomat han recogido los consejos de Markus Hannula, experto en vinos de Anora. Éste hace hincapié en que "una botella de vino abierta debe contener la menor cantidad de aire posible y la botella debe almacenarse fría, es decir, en el refrigerador". 

"De esta manera se conservarán mejor tanto los vinos tintos como los blancos", incide.

Hannula explica que además que los vinos tintos con más taninos se conservarán más tiempo que los que tienen menos. Asimismo, los vinos blancos con mayor acidez tienden a conservarse mejor.

De esta manera, la mayoría pueden aguantar un par de días si se conservan en la nevera y, en algunos casos, hasta una semana.