Nunca tires la anilla del tapón del aceite: tiene una función que casi nadie conoce
Es un perfecto dosificador.
Sacas la botella nueva de aceite del armario. Quitas el precinto. Desenroscas el tapón. Tiras de la anilla y abres la botella. Añades la cantidad de aceite que deseas en la ensalada. Pero ¡maldita sea! No tienes control sobre lo que estás echando.
La solución es mucho más sencilla de lo que crees. La anilla con la que finalmente abres la botella, además de garantizar que el aceite no se salga antes de llegar a tu casa, tiene otra función: controlar la cantidad que añades a la sartén, la ensalada o la tostada.
Y es así de simple:
Tan sólo hay que tirar de ella y volver a colocarla en la botella dándole la vuelta para que funcione como un perfecto dosificador.
Y muchos no lo sabían (sabíamos).