Cinco escapadas de invierno para desconectar en la naturaleza
Ubicados en espacios naturales protegidos, invitan a disfrutar del entorno a través de experiencias de ecoturismo.
Inaugurar un nuevo año, en muchos casos significa comenzar un nuevo cuaderno de viajes que estamos deseando estrenar. Y, ¿por qué no?, este puede ser el momento perfecto.
Para terminar de superar la agotadora cuesta de enero y recuperar la rutina laboral, doméstica y familiar, uno de las mejores alicientes es pensar en hacer un escapada, corta pero intensa, que nos sirva para tomar aire y reconectar con el mundo.
Decirle que no a la propuesta que nos hace Paradores de disfrutar de alguno de los mejores espacios naturales de nuestro país gracias a sus programas Naturaleza para los Sentidos es prácticamente imposible. A la vez, descansamos en sus acogedoras habitaciones, degustamos la mejor gastronomía de la zona y desconectamos en sus piscinas climatizadas, jardines, spas...
Estos son cinco sugerencias que tienen a la naturaleza como gran protagonista y un Parador como elemento estrella:
Parador de Vielha
Montañas, naturaleza y tranquilidad. Despertar en el Parador de Vielha es hacerlo escuchando el canto de los pájaros y con espectaculares vistas al leridano valle de Arán. El alojamiento se encuentra un lo alto de un cerro a la entrada de la localidad de Vielha, por lo que la panorámica que se divisa es inmejorable. También es el lugar perfecto para disfrutar de la nieve, ya que está a apenas a unos kilómetros de Baqueira-Beret.
El Parador ofrece también vivir experiencias de ecoturismo a través del programa Naturaleza para los Sentidos con nueve propuestas que van desde recorrer en bicicleta el parque natural de Aigüestortes y Estany a descubrir la tradición gastronómica local, disfrutar de un cielo nocturno con calificación Starlight o descubrir la mitología que envuelve las tradiciones del lugar.
Y después de una jornada de caminatas y excursiones, qué mejor manera de relajarse que en el spa, el jacuzzi, el servicio de masajes o la piscina climatizada —que tiene parte interior y parte exterior— del Parador.
Parador de Argómaniz
Un palacio en plena Llanada Alavesa, con privilegiadas vistas a la ciudad de Vitoria, alberga el Parador de Argómaniz. A escasos kilómetros se encuentra el Parque Natural de Ullíbarri-Gamboa y del Monte Gorbea, un tranquilo paraje para desconectar y disfrutar de la naturaleza.
Una de las zonas más especiales del Parador es su restaurante Aletegui, situado en lo que fue el granero del palacio. Pensado para disfrutar de la gastronomía local y tradicional del País Vasco, de los quesos de la zona y de, cómo no, los espectaculares vinos de La Rioja Alavesa, entre el artesonado de madera del año 1700 y sus peculiares ventanas de ojo de buey que recuerdan a un atunero vasco.
Además, el Parador de Argómaniz acaba de estrenar un proyecto de cicloturismo que te permite llevar tu bici al Parador y contar con taller, zona de custodia, rutas personalizadas y servicio de alquiler en la zona.
Parador de Cazorla
El Parador de Cazorla se encuentra en pleno corazón del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el espacio natural protegido más grande de España y uno de los más visitados. Entre un paisaje de montañas rocosas y ríos que han dado forma a valles, cañones y gargantas, el alojamiento cuenta con piscina exterior, jardín, amplios salones y luminosas habitaciones con vistas a la sierra.
El programa de ecoturismo Naturaleza para los Sentidos es la mejor manera de acercarse a este rincón de la provincia de Jaén. El Parador de Cazorla propone experiencias para descubrir los pinos y tejos milenarios, pasear por el sendero del Camino de las Ánimas o conocer el patrimonio geológico que ha creado el agua en el entorno de Linarejos y la Cerrada del Utrero.
Parador de El Saler
El Parador de El Saler está ubicado en un lugar excepcional, entre el Parque Natural de La Albufera y el mar Mediterráneo. Mires donde mires, la naturaleza es la gran protagonista del paisaje, que ha condicionado también la arquitectura del complejo, perfectamente integrada en el paraje de dunas y el bosque de pinos que lo rodea, a tan sólo unos metros de la playa.
Además, el Parador de El Saler es el paradigma del hotel sostenible. El agua se calienta con energía solar y toda la que usan los clientes se depura para regar el campo e golf. El alojamiento se ha sumado a numerosas iniciativas medioambientales para la conservación de la flora y fauna, y la preservación de especies en peligro de extinción. También se han plantado más de dos millones de semillas y dos mil plantas autóctonas.
Después del relajante paseo al que invita la natursenda que recorre el campo de golf que rodea el edificio del Parador, otro de los espacios ideales para desconectar es su spa, que cuenta con una amplia piscina, jacuzzi y una moderna cabina para tratamientos individuales o en pareja.
Parador de Manzanares
En la localidad de Manzanares (Ciudad Real), entre tres de los parques naturales más hermosos de España (Cabañeros, las Lagunas de Ruidera y las Tablas de Daimiel), se encuentra el Parador de Manzanares. Se trata de una casa castellana levantada en una preciosa finca ajardinada de carácter manchego, en la que se han conservado la arquitectura y su personalidad.
Árboles, flores y plantas impregnan de colores este espacio, que se convierte en un lugar muy apetecible si buscas paz y tranquilidad. Además, en su restaurante no faltan platos típicos como las migas del pastor, la paletilla de lechal manchego, el tiznao de bacalao y el pisto manchego.
El Parador de Manzanares ofrece experiencias de Naturaleza para los Sentidos, como la visita a una bodega del siglo XIX en un antiguo cortijo manchego, descubrir cómo se trabaja el pistacho de manera tradicional o conocer la gallina negra castellana, especie en peligro de extinción.