Si usas constantemente esta palabra en tu día a día, eres una persona con elevada inteligencia emocional
No obstante, hay determinadas situaciones en las que es más conveniente evitar utilizarla.
Las personas con elevada inteligencia emocional tienen el don de saber expresarse de una forma a través de la cual se generan sentimientos positivos en el receptor, lo que hace más probable que en situaciones tensas como una discusión se puedan alcanzar puntos de acuerdo.
En ese sentido, un estudio publicado en la revista Journal of Experimental Social Psychology asegura que los pronombres que se utilizan al hablar influyen de manera determinante en la percepción de agradabilidad.
En la investigación se explica que “observamos que, en contextos contrastados, los mensajes que contienen pronombres de segunda persona (“tú”) se perciben como menos receptivos que los mensajes que contienen pronombres de primera persona del plural (“nosotros”)”.
“Demostramos que los pronombres “tú” transmiten agresividad, lo que reduce la percepción de receptividad. Además, documentamos que la percepción de receptividad afecta significativamente a consecuentes como la persuasión, el interés por una interacción futura, las intenciones de compartir y la probabilidad de censura”, se añade en el estudio.
En consecuencia, en muchas ocasiones es adecuado dejar lado el “tú”. Por ejemplo, una forma de sustituir adecuadamente el pronombre es cambiar frases como “tú no me estás entiendo bien” por otras como “yo no estoy explicando bien lo que quiero decir”. De esta forma, se asume la responsabilidad y se demuestra una posición abierta y receptiva frente al interlocutor al que va dirigido el mensaje.
Hay excepciones: la clave es saber valorar la situación
No obstante, hay situaciones en las que no es adecuado utilizar el mencionado ‘pronombre mágico’ (“nosotros”), como aquellas en las que se es el único afectado, ya que puede sonar poco natural e incluso manipulador.
Igualmente, no se debe recurrir al pronombre “nosotros” si lo que se esconde detrás es un intento de eludir responsabilidades. Por ejemplo, si se te olvida algo no es conveniente decir “a nosotros se nos olvidó” sino “se me olvidó”.
Por otro lado, sí que es recomendable utilizar el pronombre “tú” si la otra persona ha hecho algo bien y el objetivo es reconocer su mérito. En ese contexto sería más conveniente afirmar “tú lo has conseguido” que “nosotros lo hemos conseguido”.