La ciencia revela las terribles consecuencias sexuales de llevar una mala alimentación

Ya sabemos que la disfunción eréctil es un proceso complejo, afectado por diversos factores, como trastornos de la circulación sanguínea, desequilibrios hormonales, obesidad, hipertensión y diabetes. Todo esto combinado cuestiones como posibles problemas de pareja, estrés crónico o ansiedad. Pero, una nueva investigación destaca que la disfunción eréctil también está directamente relacionada con los alimentos y bebidas que consumimos.

Nuevos estudios, de los que se ha hecho eco el British Telegraph concluyen que los hombres con disfunción eréctil padecen una mala salud intestinal, ya que se sabe que el microbioma intestinal desempeña un papel clave en una serie de funciones biológicas. "La disfunción eréctil es como una ventana a la salud de un hombre", ha destacado Chana Jayesena, especialista en endocrinología reproductiva del Imperial College de Londres.

“Si, en términos holísticos, estás menos en forma y saludable que antes, tienes un riesgo mucho mayor de experimentar disfunción eréctil. Esto tiene mucho sentido, porque muchas cosas tienen que funcionar correctamente para que el cuerpo esté preparado para el sexo", afirma el experto. La mala salud intestinal también se asocia con afecciones como el síndrome del intestino irritable, que puede debilitar la libido.

Jayesena considera, por tanto, que la dieta es un paso importante para afrontar la disfunción eréctil. "Aconsejaría a las personas que no adopten dietas de moda que solo se dirijan al microbioma", destaca, "sino que piensen de manera integral en su salud: cosas simples como comer muchas verduras y hacer cambios positivos en sus niveles de actividad".

Además, cuando hay un desequilibrio en la comunidad microbiana del intestino, se puede producir la llamada disbiosis intestinal, es decir, un desequilibrio de los microorganismos en la flora intestinal. Esto puede causar inflamación, resistencia a la insulina y alteraciones metabólicas, todo lo cual contribuye a la disfunción eréctil.

Alimentar bien a su comunidad microbiana con una amplia variedad de alimentos vegetales ricos en fibra y productos animales de buena calidad, y tomar descansos de ayuno prolongados entre comidas beneficiará a su microbioma intestinal. Y de esa manera, su cuerpo estará mejor equipado para resolver problemas en todo el sistema, según destacan los nutricionistas.

Jayesena insiste en que comer alimentos que contribuyan a un microbioma intestinal saludable nos ayudará a estar más saludables en general y, por lo tanto, podría reducir el riesgo de disfunción eréctil. "Todo lo que es bueno para el microbioma también lo es para vivir más tiempo y estar más sano", afirma. “Del mismo modo, especialmente si tienes más de 40 años, es probable que tengan un impacto positivo en tu salud reproductiva, incluida tu capacidad para lograr y mantener una erección. Finalmente, no ignore su salud mental y emocional. Es importante recordar que la salud sexual está diseñada para fallar si estas otras cosas se deterioran".

Así, estos expertos destacan ocho alimentos que podrían ayudar a prevenir la disfunción eréctil. Estos son, en primer lugar, las verduras, ya que alimentos como el brócoli, la coliflor y el repollo contienen sulforafano e indol-3-carbinol, que ayudan a mejorar el equilibrio de testosterona y estrógeno.

También el hígado, sobre todo porque la vitamina D es extremadamente importante para equilibrar las hormonas. Las semillas de calabaza, ya que, para producir testosterona, la principal hormona masculina que permitirá una función eréctil saludable, el cuerpo necesita zinc. También la carne roja, debido a que el zinc también es muy importante para convertir las hormonas tiroideas.

Finalmente, las ostras, un clásico en este tema, que se asocia siempre con poderes afrodisíacos y esto de debe a que tienen un alto contenido de zinc; también tienen propiedades de este tipo los mariscos y los camarones, así como la remolacha y las espinacas, ya que el óxido nítrico es fundamental para muchas funciones biológicas, pero nuestros cuerpos producen menos a medida que envejecemos.