Blanca Madurga, uróloga: "Más vale pequeña y juguetona' es una verdad como un templo"
Entrevista con la doctora, que publica 'Todo lo que necesitas saber sobre el pene y nunca te atreviste a preguntar'.
Más que nombres mil, son cientos las preguntas que puede suscitar el miembro viril. A todas ellas da respuesta la doctora Blanca Madurga, especialista en Urología con más de 30 años de experiencia, en Todo lo que necesitas saber sobre el pene y nunca te atreviste a preguntar (Planeta).
Lo hace además con una combinación de rigor y claridad con la que logra cambiar la risa incómoda por una fascinación absoluta por su forma de comunicar y por todo lo que explica acerca de qué es normal y qué no en los genitales masculinos, los temidos gatillazos, la disfunción eréctil, las posibles enfermedades, qué le pasa al pene con la edad o cómo cuidarlo en el día a día.
"Estoy convencida de que hace mucha falta porque por desgracia los hombres todavía creen en la penetración como único medio de tener relaciones sexuales y había que romper ciertos mitos", señala sobre su libro, con el que además anima a los hombres "a que vayan al urólogo y que se hagan sus revisiones pertinentes".
¿Qué le dirías a un hombre que no ha ido nunca al urólogo o al andrólogo y que tiene miedo de ir?
Primero, que no tenga miedo. De momento no hay ningún caso reportado de un urólogo que se coma a un paciente, eso para empezar. Segundo, el andrólogo está curado de espanto. Estamos para ayudar, no estamos para criticar, ni para juzgar, ni para, por supuesto, reírnos absolutamente de nadie. Y la visita al urólogo en los hombres a partir de los 50 años es obligatoria, porque las campañas de prevención que tiene nuestro sistema público de salud son buenísimas. Detectar un cáncer de próstata precozmente salva millones de vidas.
Ese sería el momento vital o edad recomendado para empezar a ir, ¿no? Salvo que haya un problema antes.
Efectivamente. Los urólogos no sólo vemos andrología, también riñones, vejigas y más órganos relacionados con nuestra especialidad, pero justamente para una cosa buenísima que tenemos, que es la detección precoz del cáncer de próstata, que es el más frecuente en los varones, estamos haciendo todo lo que podemos a nivel institucional, de la Asociación Española de Urología, para incitar a los hombres a que a los 50 años vayan a su médico de cabecera y se hagan su PSA [siglas en inglés de antígeno prostático específico]. Si ve el médico de cabecera que no es normal, nos lo remite de manera inmediata a las consultas de urología.
Uno de los aspectos que más suelen preocupar a los hombres, y que abordas en el libro, es el del tamaño del pene. Hablas de que hay veces que el complejo de pene pequeño lo pueden crear los propios padres. ¿Cómo?
Por desgracia, es así. No creo que haya persona que pueda querer más a su hijo que una madre, pero justamente en ese amor desbordado se tiene una preocupación excesiva por el tamaño, sobre todo si tienen dos hijos y uno la tiene más grande que el otro. La comparación es inevitable y les preocupa que de mayor no puedan tener relaciones sexuales, cosas que están dentro de la ignorancia, porque el tamaño, como luego digo en el libro, el tamaño no es lo más importante, es saber utilizarla.
Lo más típico es la mamá que tiene un niño gordito y un niño muy delgadito. El gordito no es que tenga el pene pequeñito, es que lo tiene enterrado en la grasa del pubis. Cuando vienen a la consulta y les aplastas esa grasita con la mano con cuidado, de pronto le sale el pene igual o mayor que el hermano delgadito.
Y un hombre adulto con pene pequeño, ¿se puede consolar pensando en el David de Miguel Ángel?
Sí, porque además, vamos a ver, el tamaño del pene en reposo no va a decir lo que va a ser ese pene en erección. Hay varones que tienen unos penes muy grandes, superiores a la media, pero luego llega el momento de la erección y no estiran, sino sencillamente se ponen rígidos. Y hay penes más pequeños en reposo, que cuando llega el momento de la erección pueden llegar a duplicar su tamaño. Complejos, los justos. Encontrar un micropene, es decir, un pene en erección inferior a seis centímetros es una cosa muy rara.
Y ahí, hay soluciones...
Las hay, son soluciones muy difíciles, pero hay centros especializados por zonas, porque es una cirugía que se realiza muy poco, afortunadamente, y se engloba dentro de los grupos de cirugía transgénero. Ahí intervienen no solamente andrólogos, sino que intervienen también cirujanos plásticos, porque hay que sacar colgajos del brazo, musculares y tal, y son cirugías muy, muy complejas que se realizan muy pocas veces.
Estos días ha sido sonado el titular de tu entrevista en El País de que los hombres jóvenes tienen, de media, penes más grandes... pero hay un 'pero', que es la calidad del esperma.
Sí. La calidad del esperma en los varones del llamado primer mundo ha bajado mucho de calidad, tanto en número de espermatozoides, como en la forma del espermatozoide. Consideramos que viene a cuenta de toda la cantidad de conservantes, colorantes, excipientes... de la alimentación, sumado a la contaminación ambiental. El aire que respiramos ya no es el de hace 40 o 50 años. La contaminación tanto industrial como de los coches hace que nuestro aire sea de mucha peor calidad y eso, en una estructura tan vascular como son los testículos y el pene, lógicamente influye.
Hablas también de que la medida de la nariz y el pene están relacionadas. ¿Hay alguna otra medida corporal que también lo esté o son mitos?
Todos son mitos menos lo de la nariz. Lo puse en el libro a modo de anécdota, pero ha llamado mucho la atención. Se trata de un estudio japonés donde se valoró a un montón de varones midiéndoles la nariz, los pulgares, las manos y los pies. En lo único que había relación era en que una nariz grande se acompaña de un pene grande. Y esto lo justifican en base a que son dos órganos que se generan intraútero con el consentimiento de la testosterona de la madre. Las mujeres tenemos un poquito de testosterona circulando por nuestro cuerpo; dependiendo de la cantidad puede desarrollar un pene más grande y una nariz más grande.
Esto no le va a gustar leerlo a los hombres de nariz chata.
Bueno, pero el problema no está en tenerla más o menos grande, está en saber utilizarla.
Ahí recurres al refranero, que dices "más vale pequeña y juguetona... [que grande y pendulona]".
Sí [se ríe]. Es así, es una verdad como un templo. Tengo grandes amigos, sexólogos españoles, y dicen que lo que intentan con los pacientes es hacerlos huir de la genitalidad en el sexo. No pueden centrar toda la sexualidad en los genitales, porque eso es muy pobre, es paupérrimo. El órgano sexual más grande de nuestro cuerpo es nuestra piel y hay que explorarlo todo. Unas veces puede estar muy bien una penetración, nadie huye de ella, puede ser muy satisfactoria, pero hay muchas más cosas.
Acerca de los testículos, ¿si uno cuelga más que otro el hombre tiene que preocuparse o no?
No, en absoluto. Normalmente, el testículo izquierdo siempre cuelga más, porque hay una forma anatómica: los vasos del cordón del testículo izquierdo no salen del mismo sitio que los del derecho. Es un cordón más largo y, por lo tanto, cuelga más, no es que le pese más, ni sea más grande, ni nada por el estilo.
Es completamente normal, no hay que preocuparse, y lo que sí que tienen que hacer los hombres es, igual que las mujeres nos exploramos las mamas, explorarse los testículos desde los 18 años. Por lo menos una vez al mes y, si notan algún bulto, acudir enseguida al médico de cabecera, que si lo ve sospechoso nos lo mandará al urólogo de manera inmediata. Además, para eso no hay lista de espera.
¿En qué casos tiene que preocupar el semen?
Tiene que preocupar, sobre todo, cuando sale teñido en sangre o con vetas de sangre. Normalmente es debido a un proceso inflamatorio de la próstata o de la orina y no va a tener mayor importancia que un mes de tratamiento, pero en alguna ocasión, las menos, puede tratarse de algo maligno y es una cosa que siempre estudiamos. Un hombre que viene con una hemoespermia hay que estudiarle y descartar siempre que pueda tener algo malo.
Y sobre el semen también, ¿es cierto lo de que hay alimentos que pueden cambiar el olor o sabor?
Más que del semen, de la orina. Hay alimentos que la tiñen de color rojo o cognac; cuando hay patología hepática se tiñe. En ocasiones, el semen puede salir más oscuro porque esté más concentrado... Son pequeñas variaciones que no tienen mayor trascendencia.
Citas que la disfunción eréctil, decía un estudio, podía estar detrás de uno de cada cuatro divorcios en España. Esto es un temazo...
Sí, sí. Tengo una hija psicóloga y la puse a buscar bibliografía. Efectivamente, hay un trabajo de un psicólogo español que refrenda esto. Ya no es por la disfunción eréctil en sí, lo gracioso, o no tan gracioso, sino que al no hablar el tema, al avergonzarse el varón y no compartir su problema con su pareja, lo que sucede es que ésta se siente rechazada. Se siente poco atractiva y que no la quiere, porque cuando le pregunta '¿qué te pasa?', dice 'nada' y no quiere buscar una solución. A muchos hombres, de verdad, les da mucha vergüenza ir a pedir ayuda por este problema, que es un problema de salud como cualquier otro. Y lo que pasa es el 'no me quieres', 'es que no te gusto', 'es que tienes a otra' y genera al final divorcio.
¿Y qué tienen los hombres a su alcance? ¿Hay algo que puedan hacer de manera preventiva?
Hay que tener en cuenta que la disfunción es un síntoma, no es una enfermedad en sí. Se debe o a problemas psicológicos —un hombre con depresión, con ansiedad— puede degenerar en una disfunción eréctil, pero también el 50% son orgánicas, y vienen debidas por una hipertensión, por una obesidad, por el tabaquismo... El tabaquismo es el enemigo número 1 del pene. También por una ingesta mantenida de alcohol, por diabetes...
El primer tratamiento que se propone para la prevención de la disfunción eréctil es llevar una vida sana: una alimentación adecuada, un ejercicio adecuado a la edad y condición, para que esto que les va a suceder tarde o temprano con el envejecimiento suceda a más largo plazo.
Por lo que dices, está muy ligado con la salud mental.
Muchísimo. De hecho, la clasificación clásica es orgánica, psicógena o mixta. Ahora mismo hay una tendencia en la que se habla más de una disfunción eréctil primariamente psicológica o primariamente orgánica, porque cualquiera de las dos, empiece por la mente o empiece por el cuerpo acaba afectando a la otra.
En el libro avisas de que "lo que no se usa, se atrofia" e, incluso, de que con la edad se puede curvar el pene.
Sí, con la edad hay una enfermedad que aparece, normalmente entre los 50, 60 años, que ocurre en el 6 o 7% de los varones, que se llama la enfermedad de la Peyronie. Es una cicatriz que aparece en la funda de los cuerpos cavernosos, en esa túnica albugínea, y hace que cuando el pene entra en erección se curva como si fuera una alcayata de las que usamos para usar un cuadro, porque esa zona no distiende. Al no distendir, pues claro, la encoge.
¿Cuáles son los secretos del porno? ¿A que cosas recurren?
El cine es cine en cualquiera de sus versiones, hasta las películas basadas en hechos reales meten fantasía para que sean más atractivas. El porno es la película de La guerra de las galaxias y tiene sus efectos especiales. Por ejemplo, muchos actores porno utilizan inyecciones vasoactivas, que son uno de los tratamientos de la disfunción eréctil. Son inyecciones que se ponen en el pene para provocar una inyección.
Imagínate el rodaje de una película... no sé lo que tardarán, pero si tardan en una toma tres o cuatro horas, ¿cómo va a estar tres o cuatro horas el pene en erección? Se ayudan de eso, se ayudan de gomitas que se ponen, una vez conseguida la erección, en la base del pene para que no se baje. Son trucos que están muy bien, pero lo que la gente tiene que pensar es que es una película. Puede excitar a la gente, está fenomenal, de vez en cuando consumirlo puede ser muy divertido, no estoy ni en contra del porno ni demonizándolo, pero vamos a hablar con claridad: los actores porno están ahí primero porque tienen un tamaño fuera de lo normal y, segundo, que muchas veces tienen que recurrir a ciertas trampillas para poder rodar una escena larga.
Acerca de las enfermedades de transmisión sexual, hay datos que señalan que están en aumento e incluso en población más mayor, que a veces se piensa que sólo en los jóvenes. ¿Es algo que constatéis en vuestro día a día en consulta?
Continuamente. Hay un auge tremendo, tanto en los jóvenes, que ya se les ha olvidado aquel lema de 'póntelo y pónselo', como en mayores. Además, hay algunas enfermedades de transmisión sexual que son asintomáticas, que el mismo portador que las está transmitiendo no sabe que lo está haciendo. El uso de preservativo es necesario no sólo para evitar un embarazo no deseado, sino una de estas enfermedades que pueden acarrear graves consecuencias a medio y largo plazo.
En la tercera edad lo que pasa es que no tienen miedo al embarazo, ya no tienen la promiscuidad sexual que pueden tener los jóvenes... y se piensan que, como no han tenido en su juventud toques con la prostitución y además la señora en cuestión no se va a quedar embarazada porque tiene 65 años, para qué se van a proteger. Y el problema está en que no hace falta ser promiscuo para tener una infección de transmisión sexual. No lo saben, no tienen síntomas y se lo van pasando uno a otro hasta que empiezan a aparecer los síntomas.
¿Qué consejo darías a los hombres en su higiene diaria?
Este consejo sirve para hombres y para mujeres. También trato a muchas mujeres en mi consulta y siempre les digo lo mismo: 'No me seáis tan limpias'. Me dicen 'cada vez que hago pis voy al bidé y me limpio'. Mira, quita el bidé y pon un armario zapatero, que te va a venir mucho mejor. Hay que lavarse una vez al día y nada de utilizar jabones bactericidas, fungicidas, estos jabones íntimos, a menos que se tenga una infección activa.
De normal, lavándose con un gel, a ser posible de PH ácido, que conserva mejor nuestras propias bacterias para que nos protejan para que nos vienen de fuera, es más que suficiente. No hay que lavarse más; algunas con las que tengo más confianza digo: 'Hay que ser un poquito más cochinona'. Desde el cariño.
Ahora que viene el verano, hay hombres que en la playa o la piscina usan ropa interior bajo el bañador. ¿Esto cómo lo ves?
Lo veo innecesario, pero es que ellos se sienten más cómodos. Esa pregunta se la he hecho a mis sobrinos, por qué lo hacen si muchos bañadores llevan una red. Se quitan la red porque eso les molesta en las ingles y van más cómodos con la ropa interior para no ir colgando los genitales al nadar. Lo que siempre se aconseja, sobre todo en pacientes que no están circuncidados, es que no estén húmedos, porque se les queda esa humedad entre el prepucio y el glande y les puede provocar hongos. Cámbiate y ponte uno seco cuando vayas a estar ya fuera del agua.