Una reconocida experta acaba al fin con la duda para diagnosticar el simple herpes y zóster
Los tratamientos también son distintos.
El herpes es más común de lo que se pueda pensar. Del 10 al 15% de la población española está infectada por el virus herpes simple tipo 2, según los especialistas. Sin embargo, no todos los herpes son iguales y hay importantes diferencias entre el simple y más común y el zóster.
Según señala Leyre Aguado, dermatóloga de la Clínica Universidad de Navarra, a El Confidencial, una de las principales diferencias para saber de qué tipo de herpes se trata es la repetición.
El herpes simple suele aparecer en la zona de los labios o la zona genital y suele repetirse con frecuencia entre personas que lo padecen. Mientras que el herpes zóster es el mismo virus que el de la varicela, que queda almacenado después de contraerse de niños en el organismo.
De este modo, en algún momento "aprovechando una bajada de defensas o de mayor debilidad, aparece siguiendo el trayecto de uno de los nervios que salen de la columna vertebral, es decir, hacia uno u otro lado de la espalda". Según detalla la especialista al citado medio, la principal diferencia con el simple es que solo aparece una vez en la vida y es raro que se repita.
La gravedad también varía, mientras que en el herpes simple se debe más a la incomodidad y molestia que puede producir al inflamarse el labio o doler, en el caso del herpes zóster en personas con sistema inmunitario debilitado "pueden hacer unas lesiones muy extensas y necesitar tratamiento intravenoso". "Es una situación con riesgo para su vida”, recalca Aguado.
El tratamiento también es diferente ya que se trata de dos virus distintos. Mientras que para el herpes zóster en personas con un sistema inmunitario fuerte puede tratarse con antivirales desde el primer momento y, en caso de personas debilitadas, con medicamentos intravenosos.
El herpes simple se puede tratar con antivirales en crema que, apunta que "son efectivos, pero tampoco muchísimo", por lo que lo mejor es tomarlos de forma oral y, si se repiten más de seis veces al año, se puede pautar un antiviral diario.