Un doctor advierte del error que cometemos al combatir el calor: "No se trata de cuánta agua bebas"
Mantenerse hidratado es fundamental para hacer frente a la ola de calor sin poner en riesgo nuestra salud.
No da tregua. Llegó tarde, pero el calor, el mucho calor, se ha apoderado de nuestro día a día en esta última semana. Temperaturas que superan los 42º por el día en algunas zonas de España y que no baja de lo 30º por la noche.
Obviamente, estas marcas en el termómetro pueden tener consecuencias importantes para la salud de todos, pero especialmente de las más vulnerables.
Mantener la casa lo más fresquita posible bajando persianas y cerrando ventanas en las horas centrales, no hacer ejercicio físico en esa franja de más calor, protegerse del sol cuando se esté en la calle y mantenerse hidratado son claves para no terminar en el médico por un golpe de calor.
Pero España no es el único país que sufre los estragos de las olas de calor. Rumania tiene activo el código rojo en muchas de sus regiones y sus ciudadanos están siendo prevenidos e informados sobre las medidas que han de tomar.
En la web Ziare.com, el doctor y parlamentario europeo Tudor Ciuhodaru hace una serie de recomendaciones y destaca como especialmente importante la hidratación: "Hay que tomar agua o zumos de frutas naturales o infusiones calientes sin esperar a que aparezca la sensación de sed, es decir, un vaso cada 15-20 minutos". Además, hay que evitar las bebidas alcohólicas, aquellas que contienen cafeína y azúcar en grandes cantidades ya que son diuréticas pues pueden causar el efecto contrario y deshidratarnos.
Ahora bien, el especialista también quiere dejar claro que es importante tener en cuenta cómo nos hidratamos porque "la intoxicación por agua puede ser mortal, y eso es porque no importa cuánto bebes, sino qué tan rápido lo bebes". Señala que la hiperhidratación provocada por un consumo excesivo de agua, o más concretamente cuando se beben grandes cantidades en cortos períodos de tiempo, puede generar importantes problemas de salud para las personas con patologías cardíacas, renales, metabólicas, neurológicas y mentales.
Los síntomas a tener en cuenta en este caso son náuseas y dolor de cabeza seguidos de astenia, dificultades en el habla, mareos, desorientación, confusión. En su forma más grave convulsiones, coma o muerte".
