Un catedrático en fisiología aclara las peores y mejoras horas para tomar medicamentos
"El cuerpo no es el mismo a todas horas. La clave está en que los receptores, las células".
Es una regla fundamental cuando seguimos el tratamiento: respetar los horarios prescritos por el médico a la hora de tomar la medicación. Y no, no es una cuestión baladí porque, además de respetar los tiempos entre toma y toma para conseguir el efecto deseado, se ha demostrado que, además, los resultados de algunas medicinas dependen de la hora a la que se ingieran.
"El cuerpo no es el mismo a todas horas. La clave está en que los receptores, las células, no se encuentran en el mismo estado. No se absorberá de igual manera en el tracto digestivo, ni en el riñón, ni en los receptores de los vasos sanguíneos. Somos un organismo cambiante, frente a esa idea de que siempre somos constantes", explica el fisiólogo Juan Antonio Madrid, pionero en el desarrollo de la cronobiología en España, en su libro Cronobiología. Una guía para descubrir tu reloj biológico.
Partiendo de las premisas investigadas por Madrid, hay parámetros de nuestra salud, como la tensión o el colesterol, relacionados con los ciclos hormonales, cuyos tratamientos son recomendados a unas determinadas horas del día. "Las estatinas —fármaco más utilizado para controlar los niveles de colesterol— suelen ser el ejemplo más habitual porque, aunque no en todos los casos, la mayoría de las veces se recomienda tomarlas por la noche», indica Pablo Caballeros, farmacéutico del área de divulgación científica del Consejo General de Farmacéuticos de España, en La Voz de Galicia.
Al contrario pasa con los antipertensivos: la tensión baja por la noche, así que mejor es tomarlos por el día. Igual que la levotiroxina, el compuesto activo que toman a diario las personas con hipotiroidismo, se ha de tomar por la mañana, antes de desayunar.
En cualquier caso, lo indicado es seguir siempre las pautas dictadas por nuestro médico.