Todo o nada: reducir el consumo de tabaco no sirve para evitar una de sus peores consecuencias

Todo o nada: reducir el consumo de tabaco no sirve para evitar una de sus peores consecuencias

Dejar de fumar reduce casi a la mitad el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, mientras que reducir el consumo no tiene el mismo efecto beneficioso.

Una persona tirando un paquete de cigarrillos a la basura.Getty Images

En el reciente Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología 2024 (ESC), se presentó un estudio revelador que destaca la importancia de dejar de fumar por completo para reducir significativamente el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. La investigación demuestra que, aunque muchos creen que reducir el consumo de tabaco puede disminuir los riesgos para la salud, esta práctica no tiene un impacto significativo en comparación con dejar de fumar por completo.

El estudio, basado en el registro internacional ‘CLARIFY’, evaluó el impacto del tabaquismo sobre los eventos cardiovasculares en pacientes con enfermedad coronaria estable. Este registro incluyó a 32.378 pacientes, de los cuales 13.366 (41,3%) nunca habían fumado, 14.973 (46,2%) eran exfumadores y 4.039 (12,5%) eran fumadores actuales. Los pacientes fueron seguidos durante un período de cinco años para analizar la aparición de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE), definidos como muerte cardiovascular o infarto de miocardio.

Los resultados mostraron que los pacientes que dejaron de fumar en cualquier momento después de su diagnóstico de enfermedad coronaria redujeron su riesgo de sufrir un evento cardiovascular importante en casi un 50 %. En contraste, aquellos que simplemente redujeron su consumo de tabaco no experimentaron una disminución significativa en su riesgo cardiovascular. 

El doctor Jules Mesnier, del Hospital Bichat-Claude Bernard en Francia y autor principal del estudio, enfatizó la importancia de dejar de fumar en el primer año después del diagnóstico de enfermedad coronaria. Según Mesnier, este período es crucial para lograr una reducción significativa del riesgo de MACE. “En el momento del diagnóstico, debemos enfatizar la importancia de dejar de fumar y apoyar a los pacientes en este desafío”, afirmó.

Entre los exfumadores que fumaban en el momento del diagnóstico, el 72,8 % dejó de fumar en el año siguiente, mientras que solo el 27,2 % lo hizo en los años posteriores. Esta diferencia destaca la importancia de una intervención temprana y efectiva para ayudar a los pacientes a dejar de fumar.

El estudio también reveló que, aunque los fumadores que dejaron de fumar lograron una rápida reducción del riesgo de MACE en comparación con los fumadores actuales, nunca alcanzaron el nivel de riesgo cardiovascular de los pacientes que nunca habían fumado. Esto sugiere que, aunque dejar de fumar es extremadamente beneficioso, los efectos negativos del tabaquismo pueden persistir durante años.

Por otro lado, los pacientes que redujeron la cantidad de cigarrillos que fumaban no experimentaron una reducción significativa en el riesgo de MACE en comparación con aquellos que continuaron fumando la misma cantidad. De hecho, el riesgo de MACE aumentó un 8% por cada año adicional de tabaquismo activo después del diagnóstico de enfermedad coronaria.

El doctor Mesnier subrayó la necesidad de enviar mensajes claros y contundentes a los fumadores en cada intervención médica. “Me gusta decirles a mis pacientes que nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para dejar de fumar, aunque cuanto antes lo deje un paciente, mejor será para reducir el riesgo cardiovascular. Y no basta con reducir el tabaquismo. Es necesario enviar mensajes breves y claros a los fumadores en cada intervención médica que resalten la necesidad de dejar de fumar”, afirmó.

Las medidas para promover el abandono del tabaquismo incluyen consejos breves, asesoramiento e intervenciones conductuales, así como terapia farmacológica.