Estos son los síntomas y rasgos comunes del síndrome de asperger en adultos y niños
Hoy, 18 de febrero se celebra el Día internacional del síndrome de Asperger. Este trastorno afecta a entre 3 y 5 personas por cada 1.000, según la Confederación Asperger España.
Para muchos la máxima relación con el síndrome de Asperger es Sheldon Cooper de The Big Bang Theory, pero lo cierto es que este síndrome, ubicado dentro de los trastornos del espectro autista (TEA), va mucho más allá.
El síndrome de Asperger se define, tal y como señala la Confederación Asperger España como "un cuadro de alteraciones neurobiológicas en las que existen desviaciones o déficits" en distintos aspectos del desarrollo que van desde habilidades sociales al uso del lenguaje pasando por una gama limitada de intereses y la reticencia a los cambios.
Antonio Peral, director técnico de la organización lo definía en un reportaje de El HuffPost como "una alteración neurobiológicamente determinada en el procesamiento de la información".
Los rasgos más frecuentes entre las personas con síndrome de Asperger varían tanto por edad como por sexo, tal y como señalan en la Confederación Asperger España. En el caso de los niños, las principales características se muestran en el entorno social, siendo "socialmente torpes" y siendo más complicada "manejar su relación con otros niños o adultos". También apuntan a que no suelen tener conciencia de los "sentimientos e intenciones de otros".
Entre otros rasgos a destacar, apuntan a cierta dificultad "para llevar y mantener el ritmo normal de una conversación" y que se "alteran fácilmente por cambios en rutinas y transiciones". Tal y como apuntaba Peral a El HuffPost, esta alteración no tiene por qué ser violenta, pero sí que les genera ansiedad y descompensación.
En el caso de los niños también destacan por ser "muy sensible a sonidos fuertes, colores, luces, olores o sabores" además de tener "fijación en un tema u objeto del que pueden llegar a ser auténticos expertos".
Las personas con síndrome de Asperger, también en la edad adulta, se caracterizan principalmente por su literalidad en el lenguaje y la comprensión, sin comprender el sarcasmo, la ironía o las abstracciones. También por rasgos como "memoria inusual para los detalles", algunos problemas de comprensión, "patrones de lenguaje poco usuales" así como utilizar lenguaje engolado o elaborado.
Algunos otros rasgos que se presentan en niños y adultos, aunque en menor frecuencia son "problemas de sueño o de alimentación" o "tendencia a balancearse, movimientos repetitivos o caminar mientras se concentran".
Peral indicaba a este medio que, aunque se diagnostique en niños, este síndrome acompaña a la persona durante toda su vida: "Es una condición neurológica con la que una persona nace y cuyos diagnósticos aparecen cuando la persona alcanza los tres o cuatro años, es decir, cuando empiezan a tener una relación social valorable".
Por este motivo, se debe primar la detección temprana para tener una respuesta adecuada a la condición. Según la Confederación Asperger España, este es un "trastorno muy frecuente (de 3 a 5 por cada 1000 nacidos vivos, dato actual estimado)", además apuntan a que "tiene mayor incidencia aparente en niños que niñas". aunque puede haber un infradiagnóstico entre niñas y mujeres porque la presentación clínica varía.