Los huevos que obsesionan a los españoles y que se deberían evitar a toda costa
Aunque puedan parecer similares, son muy distintos entre sí, y hay varios motivos muy evidentes para evitar comprar unos muy concretos.
Los huevos suponen una parte muy importante de nuestra dieta. En su infinidad de formas -no todas ellas saludables-, los podemos comer en forma de tortilla (sola o de patatas), cocidos, fritos, duros, acompañados de patatas, en ensaladas y un largo etcétera.
Es muy probable que pocas veces en tu vida te hayas parado a pensar qué huevos estás comprando más allá del precio o de si la marca te parece más o menos confiable o agradable, pero la realidad es que es muy importante saber qué tipo de huevos compramos en el supermercado por diversos motivos.
Y para saber de qué huevos hablamos, es importante conocer unas nociones básicas. Y es que, los diferentes tipos de huevos están clasificados en el mercado por números, y cada uno de ellos tiene un significado muy distinto, pudiendo variar muchísimo de un tipo a otro.
Por ejemplo, si compramos una caja de huevos que tengan el número '0', esto quiere decir que son de producción ecológica, mientras que si tienen el número '1' se tratan de huevos de gallinas camperas.
El '2' hace referencia a los huevos cosechados en granjas de granero, y el '3' se refiere a huevos de jaula, que quiere decir que las gallinas que los producen viven toda su vida en una jaula. Por todo esto, es fundamental saber qué tipo de huevos estamos comprando, ya que esta elección no solo influye en el precio, sino también en la calidad, el tipo o el sabor de cada uno, ya que la forma en la que se crían a las gallinas determina en gran medida su calidad.
En el caso de los camperos, que significa que son producidos por gallinas camperas, estos contienen más proteínas que los de las gallinas criadas en graneros, algo que también condiciona el contenido de vitaminas y minerales.
Por todo esto, y pese a que en España se consumen en gran medida, es preferible no comprar los huevos de gallinas que se crían encerradas en jaulas. Pero, ¿por qué ocurre esto?
La respuesta la encontramos en su alimentación. Y es que, las gallinas que viven libremente pueden conseguir comida en entornos naturales, lo que afecta de manera directísima a su salud general, además de a la composición de algunos nutrientes como el caso de las vitaminas.
Por último, pero quizá más importante, habría que evitar la compra de estos huevos por una razón ética y de bienestar animal, ya que las condiciones de vida de las gallinas que se encuentran encerradas dista mucho de las condiciones óptimas para la crianza y la salud de los animales.