Los efectos del miedo: ¿son buenos o malos para nuestra salud?
Expertos en la conducta humana advierten de cuáles son los principales efectos que provoca el miedo en nuestro cuerpo.
El miedo es una emoción con lo que nacemos, crecemos y morimos y, en algunos ámbitos, como en el cine o la literatura, siempre ofrecen multitud de historias que hacen temblar a más de uno. Pero es importante saber los efectos que provoca ese temor en nuestro cuerpo y saber si es bueno o malo para nuestra salud.
Escritores como Stephen King o películas como Pesadilla en Elm Street hacen cada Halloween las delicias de muchos, porque los sustos y la tensión tienen un principio y un final, pero, en ese camino, provocan grandes transformaciones dentro de nuestro sistema nervioso.
Varios expertos explican en El HuffPost cuáles son esos cambios a los que sometemos a nuestro cuerpo a través de una emoción que es “básica y natural” del ser humano, pero que cualquier persona puede corregir y controlar a través de la experiencia.
Principales efectos
Manuel Jiménez López, doctor en fisiología humana, experto en hormonas y conducta humana, defiende que el miedo produce “una respuesta en cadena que va desde nuestro sistema límbico, es decir, nuestro sistema de emociones”.
El también profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) asegura que, por un lado, “incrementa la adrenalina y la noradrenalina”, con un efecto que hace aumentar “nuestra respuesta cardíaca y respiratoria”. Pero también provoca un crecimiento de nuestra atención. “De tal manera que todos esos parámetros nos preparan para huir o luchar”, señala.
Al igual que Jiménez López, Joaquín Mateu Mollá, doctor en Psicología Clínica y de la Salud, coincide en que el miedo surge ante situaciones “potencialmente peligrosas” y “precipita” una serie de mecanismos que “nos permiten evitarlas o escapar de ellas”.
El también docente de la Universidad Internacional de Valencia (VIU) cree que esas sensaciones son el resultado de la “hiperactivación del sistema nervioso autónomo, particularmente de su rama simpática” que “estamos perfectamente diseñados para soportarlas durante periodos de tiempo razonables”.
″¡Si no tuviéramos miedo difícilmente habríamos llegado hasta donde estamos en el contexto de nuestra evolución como especie, pues habríamos acabado devorados por cualquiera de los muchos depredadores que nos acecharon a lo largo de la historia!”, ironiza.
¿Es el miedo algo negativo?
Dentro de esos efectos, Manuel Jiménez reconoce que el miedo “per sé no tiene que ser algo negativo” y justifica que “lo negativo es si no nos adaptamos a esa situación de desafío”. “Si encontramos soluciones para superarlo, y nos permite huir es positivo”, añade.
El doctor en fisiología humana define este proceso como “adaptativo”, pero advierte que el problema aparece cuando “no somos capaces de evitar al depredador”. “Todas esas respuestas que se activan a través del cortisol” pueden desembocar en una “bajada de las defensas naturales”.
Manuel Jiménez justifica que con esos efectos, cualquier persona está expuesta a “todas las enfermedades oportunistas”. “Ahí se ha detectado que con esas respuestas de estrés, aparece el efecto del síndrome metabólico, una de las mayor causas de muerte natural en el ser humano del siglo XXI”, detalla.
Joaquín Mateu también justifica que “el miedo por sí mismo no puede generar daños irreversibles en nuestra salud o en nuestras actitudes”, pero sí puede convertirse en “un mal consejero” si dejamos que “inunde por completo nuestras vidas”.
Los expertos advierten de que si el miedo no se corrige a tiempo y se acaba convirtiendo en algo normalizado, puede desencadenar en una situación de “ansiedad” o en una “depresión mayor por agotamiento”.
El doctor en Psicología Clínica y de la Salud señala que ese temor tiende a transformarse en ansiedad cuando pasa de “responder a algo inmediato a hacerlo ante cosas que se ubican en el futuro”. “La ansiedad implica una dificultad para vivir orientados al aquí y ahora, así como una tendencia a preocuparnos excesivamente por lo que habrá de ocurrir”, apunta.
Manuel Jiménez explica que los humanos tenemos las suerte contar con una característica única. “Nosotros somos capaces de crear nuestra respuesta sin necesidad de que el desafío esté presente. Con imaginarlo, somos capaces de desarrollar ansiedad y miedo”, razona.
El terror, a través del cine y la literatura
Para los expertos hay grandes diferencias entre el miedo que sentimos en una situación real y el que padecemos a través del cine y la literatura. El doctor en fisiología humana expone que “el miedo es divertido” cuando esas experiencias “pasan durante un tiempo muy corto” y están “bajo nuestro control”.
“Todo lo que tiene que ver con ese ambiente lúgubre en Halloween que impulsa estas situaciones de miedo es divertido porque sabes que ocurre en un corto espacio de tiempo. El miedo, desde un punto de vista corto, es divertido. Cuando te pasa de verdad, no es nada divertido”, defiende.
En relación con el cine y la literatura, Joaquín Mateu reconoce que existen “infinidad de obras” que son “consumidas por millones de personas en todo el mundo”. “Precisamente la ciencia parece apuntar en esa dirección: ser partícipes de una situación que genere miedo es interesante para muchas personas siempre y cuando sepan que, más allá de las apariencias, están completamente protegidas y resguardadas del peligro”, expresa.
″¿Quién no ha disfrutado alguna vez acurrucándose en el sofá viendo una película de terror? ¿o contando historias tenebrosas alrededor de una hoguera?”, cuestiona.
El doctor en Psicología Clínica valora positivamente que la gente se sienta atraída ante “la expectativa de sentir emociones intensas” y por eso apuestan por actividades de ocio que puedan dispararlas.