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Los alimentos que no faltan en las cocinas españolas y "nutren" a las células cancerosas

Los alimentos que no faltan en las cocinas españolas y "nutren" a las células cancerosas

Por ahora, sólo lo han comprobado en roedores.

Imagen de archivo de una investigación con células madreAndrew Brookes

Un reciente estudio impulsado por científicos de la Universidad de Washington en St. Louis (WashU) en Estados Unidos y publicado en la revista Nature ha concluido que el consumo de fructosa está relacionado con el crecimiento de tumores en modelos animales de melanoma, cáncer de mama y cáncer de cuello uterino. Ahora bien, no es una relación directa

La investigación precisa que es por el proceso que sigue la fructosa en el hígado, que la convierte en nutrientes utilizables para las células cancerosas. Señala, además, que este hallazgo podría servir para abrir vías nuevas en lo que a cuidado y tratamiento de distintos tipos de cáncer se refiere

"La idea de que se puede combatir el cáncer con la dieta es fascinante", destacan Gary Patti, el profesor Michael y Tana Powell de Química en Artes y Ciencias y profesor de genética y medicina en la Facultad de Medicina, todos en WashU, en unas declaraciones que ha difundido Europa Press. "Cuando pensamos en los tumores, solemos centrarnos en los componentes dietéticos que consumen directamente. Si ingerimos algo, imaginamos que el tumor lo absorbe", detalla Patti.

El primer autor del estudio, Ronald Fowle-Grider, ha precisado que "los seres humanos somos complejos". En este sentido, ha indicado que aquello que se ingiere puede ser consumido por el tejido sano, pero que más tarde sea "convertido en otra cosa que los tumores utilizan". 

"Nuestra expectativa inicial era que las células tumorales metabolizaran la fructosa igual que la glucosa, utilizando directamente sus átomos para construir nuevos componentes celulares como el ADN", ha continuado explicando, antes de concluir que se sorprendieron al comprobar que "la fructosa apenas se metabolizara en los tipos de tumores que analizamos".

Y el consumo de fructosa, según los investigadores, ha aumentado considerablemente en los últimos 50 años. El motivo se encuentra en el uso generalizado del jarabe de maíz, con un alto contenido de esta sustancia como edulcorante en bebidas y alimentos ultraprocesados, como los snacks.

Un estudio con ratones

La investigación comenzó alimentando con una dieta rica en fructosa a animales con tumores. Fueron midiendo la velocidad a la que crecían estos y pudieron detectar que esa fructosa promovía un aumento de los tumores, pero que no afectaba al peso corporal ni a los niveles de glucosa

El siguiente paso fue repetir esta prueba, pero esta vez suministrando la fructosa a células cancerosas aisladas en una placa. A diferencia de lo que había ocurrido en la primera fase, las células no respondieron. Así que volvieron a observar a los animales. Mediante la metabolómica, identificaron niveles elevados de una variedad de especies de lípidos, incluidas las lisofosfatidilcolinas (LPC)

"Curiosamente, las células cancerosas no pudieron utilizar fácilmente la fructosa como nutriente porque no expresan la maquinaria bioquímica adecuada. Las células hepáticas sí la expresan. Esto les permite convertir la fructosa en LPC, que pueden secretar para alimentar a los tumores", ha precisado Patti.

Sus hallazgos, continúa, plantean la posibilidad de que no sólo se limiten a terapias dirigidas a las células enfermas. "En cambio, podemos pensar en dirigirnos al metabolismo de las células sanas para tratar el cáncer. Esto ha funcionado con ratones en nuestro estudio, pero nos gustaría aprovechar nuestras observaciones e intentar mejorar la vida de los pacientes", ha concluido.