La lumbalgia, a examen: el dolor que afecta más a las mujeres y que tiene código postal
El 80% de la población la sufrirá en algún momento de su vida y el objetivo es evitar que se convierta en un dolor crónico.
Este 12 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Fisioterapia y Madrid acogerá una especial iniciativa, abanderada por el Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid: el Café Lumbalgia, un espacio efímero que se instalará en la plaza de Callao para ofrecer información y consejos sobre esta patología que la OMS considera epidemia global.
“Vamos a hacer amable lo que sabemos que no es amable”, explica Aurora Araujo, decana del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid. La especialista advierte que el dolor lumbar es una entidad supercomplicada que sufrirá el 80% de la población en algún momento de su vida. Puede tener muchas causas y su curación depende de nuestro estado de salud, pero "también de factores externos: socieconómicos, capacidad adquisitiva, nivel cultural e incluso género".
En definitiva, la lumbalgia —conocida coma lumbago— es otra enfermedad con código postal que depende del estilo de vida, del tiempo de descanso y de la posibilidad de acceder a terapias. "Está claro que dos personas que tengan dolor lumbar viven de forma distinta el dolor y lo afrontan de forma diferente, y depende mucho más de nuestros recursos personales, económicos y sociales que del dolor en sí. Tú y yo tomando el mismo mórfico, dando por hecho que la morfina eliminará el dolor, por ejemplo, una puede sentir alivio y la otra no. Ahí empieza el misterio", argumenta Araujo.
Además, la lumbalgia también tiene género: en este momento, la fotografía poblacional revela que la sufren 22,1 de cada 100 mujeres; y en el caso de los hombres, 14,7. "Puede parecer poca diferencia, pero si multiplicas por la población mundial, son millones más de mujeres", matiza la experta.
El factor hormonal determina un rendimiento muscular diferente, pero también factores socioculturales están detrás de esa mayor incidencia femenina: "Seguimos siendo más cuidadoras y sedentarias. Dedicamos menos tiempo al ejercicio físico de mantenimiento, tenemos peores horarios y más sobrecarga social a nivel de tareas domésticas".
La obesidad, el gran enemigo del dolor lumbar
El código postal y el género como determinantes de la aparición y cronificación del dolor lumbar están íntimamente unidos al gran factor de riesgo para esta patología: la obesidad. "Cuando sometes al cuerpo a un sobrepeso toda su musculatura trabaja sobrecargada. No es lo mismo que tu columna movilice 70 kilos que movilice 130. La musculatura es menos eficiente en personas obesas y eso nos hace más propensos al dolor de espalda y concretamente más a las mujeres. En nosotras, la grasa se concentra en la zona abdominal, una grasa a muchos niveles más peligrosa para la salud", explica.
"Evidentemente, las personas con mayor nivel económico tienen acceso a una comida más saludable y la comida chatarra es lo más barato que hay, por ejemplo", continúa insistiendo la decana del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid en lo determinante de la clase social y el nivel cultural cuando se habla de salud.
Por supuesto, un estilo de vida activo, no sedentario, contribuye a mantener un peso saludable y una buena condición física. Pero, puntualiza Araujo, no es equivalente a tener un trabajo activo: "Estamos hablando de hacer ejercicio que nos ayude a cuidarnos, no solamente de actividad laboral. Hay estudios que demuestran que la actividad laboral intensa no está relacionada con un mejor estado de salud. Se trata de salir a caminar, hacer ejercicio aeróbico o practicar un deporte. Y por cierto, el deporte de alta competición tampoco es saludable".
La inestimable ayuda del fisio
Los datos de la Organización Mundial de la Salud son rotundos al hablar de la lumbalgia como la principal causa de discapacidad en el mundo, limitando la actividad laboral y el ocio de quien la padece. Prevenirla o evitar su cronificación, en buena medida, está en manos del paciente —vida activa, dieta sana e higiene del sueño— pero también en manos de los profesionales de la salud.
"Si ya ha aparecido, la opción más acertada es acudir a un fisioterapeuta. El tratamiento conservador de este especialista va a resolver el problema la mayoría de las veces o va a distinguir si es un dolor severo que requiere una intervención médica, porque no todos los dolores lumbares vienen de lo mismo. El ejercicio que te va a programar el fisio más la educación en dolor van a ayudar a combatirlo de forma adecuada", recomienda Araujo.
Según la especialista, unos dos millones de personas recurren a la atención primaria para una primera consulta y ahí lo primero que se ofrece es farmacología porque es el tratamiento tradicional, "aunque ahora se está tratando de revertir esta tendencia". La epidemia de opioides americana, explica la especialista, ha concienciado de que hay que tomar medicación de forma más consciente: "Los opioides son necesarios cuando lo son, pero sí que hay una concienciación de que no todo se soluciona con una pastilla. La pandemia también ha servido a la gente para redescubrir a profesionales, tanto psicólogo como fisioterapeuta, y a darse cuenta de que hay que invertir en salud".
Cree Aurora Araujo que, seguramente, el fisio no sea la primera intención de muchos de los pacientes —hasta un 50,9% de personas acuden por dolores de origen musco-esqueléticos y el más prevalente es el dolor lumbar— que llegan a consulta y puede que lleguen derivados de la atención primaria y aconsejados por sus médicos.
Pocas personas pueden optar a tratamiento en centros públicos, porque la falta de estos profesionales en el sistema sanitario gratuito y universal sigue siendo el gran problema: "Tendría que haber un fisio por cada diez mil habitantes —que ya es una barbaridad de poco—: pues en Madrid hay uno cada 12.000 y en otras comunidades hay uno por cada 30.000".