La batalla no está ganada: 650.000 personas siguen muriendo al año de sida
En España, cada año se registran unas 3.000 nuevas infecciones mientras se abandona el uso del preservativo. "Hemos perdido el miedo al VIH", dicen los expertos.
Los datos, de por sí, ya son alarmantes. Las farmacias españolas vendieron hasta finales de octubre poco más de 25 millones de preservativos (25.283.747), lo que supone un 15,34% menos que en el mismo periodo de 2023. La ausencia de su uso es todavía más significativa entre la población joven, ya que cuatro de cada diez afirma no ponérselo nunca o casi nunca (XI Barómetro de Control España 'Los españoles y el sexo').
En consecuencia, las infecciones de transmisión sexual (ITS) no han dejado de crecer en estos últimos años en nuestro país. Según un informe del Instituto de Salud Carlos III, entre 2021 y 2023 la infección gonocócica creció un 42,6% y la sífilis un 24,1%. La clamidia, por su parte, aumentó un 20,7% anual entre 2016 y 2023.
Con estas referencias, podría entenderse que una enfermedad tan mortal como el sida (42 millones de fallecidos desde su aparición en los años ochenta, según datos de ONUSida) se habría dado ya por superada en 2024 y no entrañaría un grave riesgo para la población. Sin embargo, los números que deja esta enfermedad siguen siendo alarmantes y demuestran que el VIH sigue muy presente en nuestras vidas, aunque la sociedad parezca haberlo olvidado.
Cada año, mueren por sida en el mundo unas 650.000 personas. En España, unas trescientas (datos de 2021 y 2022). En paralelo, más de 39 millones conviven con el VIH y alrededor de un millón se contagian cada año. En nuestro país, la cifra de nuevas infecciones se ha estabilizado en unas 3.000, aunque los expertos advierten de que la tendencia podría ser de nuevo al alza ante la despreocupación y el menor uso de métodos preventivos.
"Hemos perdido el miedo al VIH", explica a El HuffPost África Holguín, investigadora titular del sistema nacional de Salud y directora del laboratorio de epidemiología molecular del VIH en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. La profesional, que lleva más de 30 años dedicándose al estudio de esta enfermedad, lamenta que los adolescentes y los jóvenes europeos hayan "normalizado" el VIH. "Deben entender que vivir sano no es vivir con un virus dentro de tu cuerpo. Es un bichito que va desgastando tu sistema inmune, que aumenta el envejecimieto celular... Y aunque vivas muchos años, será siempre con tratamiento y sin la mayor calidad de vida", asegura.
La falta de sensación de peligro o la tendencia a infravalorar sus consecuencias hacen, incluso, que la detección sea tardía. Según la OMS, un 33 por ciento de los europeos con VIH desconoce actualmente que es 'positivo' y más de la mitad de los diagnósticos se realizan de forma tardía, lo que conduce a una mayor morbilidad en la atención médica, así como un mayor riesgo de muerte relacionada con el sida.
Vicente Soriano, profesor de la UNIR y exasesor del Plan Nacional de SIDA y de la OMS en VIH/SIDA, detalla a El HuffPost que, hoy en día, unas 150.000 personas son portadoras del VIH en España, pero el 10% de ellas no lo sabe "porque no se hacen las pruebas, al no considerarse como grupo de riesgo o porque están en situación irregular, por lo que es más difícil que se las hagan".
De hecho, según sus datos, un gran porcentaje de las nuevas infecciones se da en personas que no han nacido en España y más del 75% son varones homosexuales o bisexuales. "Nos hemos relajado ante el VIH y eso se está reflejando en el rebrote de la sífilis, la clamidia y la gonorrea, que son los centinelas de las infecciones de transmisión sexual", destaca.
El VIH es un virus que, por lo general, no deja buenas noticias. Aunque sí hay una: entre 1990 y 2023, el número de nuevas infecciones ha bajado un 40% en todo el mundo. Sin embargo, hay cierta alarma porque las cifras se están disparando de nuevo, especialmente en países de Asia y de Europa del Este. "Los gobiernos no invierten en prevención, no hay inversión en el seguimiento de estos pacientes y hay unas poblaciones vulnerables a las que el diagnóstico no llega. Y, por supuesto, muchos países cuentan con recursos muy limitados, donde no hay tratamiento para todo el mundo y donde el VIH sigue considerándose como una infección mortal", analiza Holguín.
La investigadora destaca especialmente la situación en los países africanos, donde vive el 60% de las personas con VIH. En estos territorios preocupa además el alto contagio entre mujeres y chicas adolescentes, al igual que entre niños. Según la OMS, se estima que a finales de 2019 había 1.8 millones de niños menores de 15 años viviendo con VIH y 150.000 nuevas infecciones en niños en todo el mundo.
De hecho, cada día nacen en el mundo cerca de 500 bebés con el virus. Pero, sin tratamiento, la mitad morirá antes de cumplir los dos años. De ahí que Holguín forme parte de la iniciativa Que cumplan muchos más, orientada a obtener fondos para poder luchar mejor contra el VIH pediátrico. "En el mundo, una de cada tres personas portadoras se considera que está en fracaso terapéutico, por resistencia del virus o porque no se lo toman bien. Y este porcentaje es mucho mayor, casi del 50%, en niños y adolescentes", detalla.
Entonces, ¿qué perspectiva de futuro hay ante el VIH? Hace unos años, la ONU trazó su plan "95-95-95" para poner en raya al virus en 2030. Esto es, que el 95% de las personas infectadas conozcan su estado serológico; que el 95% de las personas diagnosticadas reciban terapia antirretroviral continuada; y que el 95% de las personas que reciben este tipo de terapia tengan supresión viral.
Unos objetivos que, sin embargo, los expertos no consideran realistas a día de hoy. "Mientras se sigan registrando infecciones nuevas y haya una detección tardía, el VIH seguirá siendo un problema", señala Soriano. Holguín coincide, recordando además que nueve millones de personas diagnosticadas no tienen acceso hoy en día a los tratamientos.
En los últimos años, eso sí, la investigación también ha dado noticias positivas. La farmacéutica Gilead presentó hace poco un medicamento - el lenacapavir - que funciona casi como una vacuna: evita casi el 100% de los contagios con dos inyecciones anuales, según los ensayos clínicos que ya se han hecho. Sin embargo, las barreras de las farmacéuticas pueden frenar la aplicación de esta nueva revolución en la lucha contra el sida. "Una vez más dependerá de su precio para que pueda llegar a la población en riesgo de contraer el VIH. Muchos países tienen sistemas sanitarios débiles, que hacen lo que pueden ante gobiernos con otras prioridades y que no invierten en salud", concluye Holguín.