El 024, teléfono de atención a la conducta suicida, ha recibido más de 300.000 llamadas desde 2022

El 024, teléfono de atención a la conducta suicida, ha recibido más de 300.000 llamadas desde 2022

De ellas, el 5,2 % acaban en el 112 por ser de alto riesgo.

Imagen de archivo de un teléfono.Getty Images/PhotoAlto

Desde que se pusiera en marcha en mayo de 2022, el 024 de atención a la conducta suicida ha atendido un total de 306.614 llamadas, la mayor parte efectuadas por mujeres y personas del grupo de edad de 50 a 59 años, y ha derivado más de 16.000 (el 5,2 %) al 112 por ser de alto riesgo.

Paralelamente, el chat online que arrancó en junio de 2023 ha asistido un total de 10.665 mensajes, una media de 1.800 al mes, de los que el 40 % fue identificado como de riesgo medio, ha desgranado la comisionada de Salud Mental, Belén González, en una rueda de prensa para presentar el plan de prevención del suicidio que el Ministerio de Sanidad espera culminar para 2025.

En el caso del chat, la cifra de hombres y mujeres que lo utilizan es similar, pero el grupo de edad que más lo usa es el de entre 20 y 29 años.

Mientras, el servicio telefónico ha atendido 306.614 llamadas, 97.449 de ellas este 2024; en los últimos meses, la cifra mensual se ha mantenido estable en unas 12.000 asistencias, con un pico máximo de 13.193 en julio, según se desprende de los informes del Ministerio.

Del total, especificaron su sexo el 73 % de los usuarios; de ellos, el 39,8 % eran mujeres y el 33,5 %, hombres. Por grupos de edad, uno de cada cuatro (25,1 %) tenían entre 50 y 59 años.

Bajan las llamadas a Toxicología

El año pasado 3.952 personas se quitaron la vida, un 6,5 % menos que un año antes, según los datos provisionales del INE; los suicidios bajaron así por primera vez en cinco años y volvían a ser la segunda causa de muerte externa tras haber desbancado un año antes a las caídas accidentales.

Del mismo modo, las cifras provisionales del Servicio de Información Toxicológica (SIT) han experimentado un descenso de las consultas de las casi 7.000 de un año antes a 5.326. "Tendremos que estudiar pormenorizadamente si están relacionadas unas cifras con otras, pero desde luego es una buena noticia", ha valorado el secretario de Estado de Justicia, Manuel Olmedo.

La mayor parte son intoxicaciones medicamentosas, que suponen el 85,2 %; dentro de ellas, el 82,6 % fueron por ingesta de psicofármacos.

Estos medicamentos estaban además presentes en la sangre de más de la mitad de las personas que se quitaron la vida en 2023, y aunque eso no quiere decir necesariamente que murieran por ello, dada la "facilidad" de acceso a benzodiacepinas, ansiolíticos y otros psicofármacos, sí que sería necesario "hacer estudios más completos y más profundos" sobre esta cuestión, ha apelado el número dos de Justicia.

Solo el 23 % fueron atendidos por un especialista

Otra de las cifras que preocupan es la incidencia de las intoxicaciones en niños y adolescentes: el año pasado fueron 735, un 35 % menos que en 2022, pero una cifra aún "relevante".

El 40 % eran chicos, un perfil que se invierte en el caso de los suicidios consumados: hay 3 varones que pierden la vida por causa de suicidio frente a cada mujer, con edades comprendidas entre los 40 y 70 años sobre todo.

De las personas que se suicidaron el año pasado, solo el 23 % habían sido atendidas por un especialista en salud mental y, entre quienes lo intentaron, únicamente el 19 % recibieron algún tipo de atención.

"Tenemos que poner en valor todos estos datos para emprender políticas más eficaces en la prevención, pero también en la posvención, es decir, en la intervención que se realiza con las personas que se quedan después del suicidio" porque se trata, ha enfatizado, de "una situación complejísima marcada por la culpabilidad, por la estigmatización, por el tabú de hablar del suicidio. Aquello de lo que no hablamos, no existe".