Adiós al pan del desayuno: los expertos piden abandonar uno de los clásicos españoles
Y ofrecen alternativas similares para mejorar los valores nutricionales.
El pan de molde suele ser el habitual de las tostadas para el desayuno. Sin embargo, los estudios apuntan a que no es la opción más saludable. Puede parecer que duran más o que es más cómodo para distribuir, pero ni siempre es así ni es beneficioso para el organismo.
Además de su alto contenido en calorías, una tostada con mantequilla estándar contiene mucha azúcar, ácidos grasos saturados, un bajo contenido en fibra y conservantes. Los expertos de la organización sanitaria sin fines de lucro DiabetesDE señalan al medio alemán T-online que "los alimentos que contienen demasiados azúcares simples y carbohidratos refinados pueden aumentar el riesgo de diabetes", entre ellos se encontraría el pan de molde de tostadas blanco.
El citado medio recuerda que la tostada con mantequilla de pan de molde contiene casi 270 kilocalorías por cada 100 gramos, casi cuatro gramos de grasa y apenas tres gramos de fibra.
En cambio, los valores nutricionales de las tostadas de pan de molde integral mejorarían algo los valores nutricionales pero no lo suficiente: cada 100 gramos tendría alrededor de 250 kilocalorías , cinco gramos de grasa y siete gramos de fibra.
Pero para encontrar valores más favorables, especialmente con un nivel más alto de fibra que provoque, entre otras cosas una mayor saciedad, debe consumirse el pan integral normal. Cada 100 gramos de pan integral tienen una media de 200 kilocalorías, dos gramos de grasa y nueve gramos de fibra.
Además, en el citado medio apuntan a los efectos negativos de tostar demasiado el pan. Las recomendaciones básicas es que este solo se tueste hasta el punto de que esté dorado, ya que si no potencia componentes potencialmente cancerígenos como la acrilamida y el éster de ácido graso 3-MCPD, relacionados con casos de cáncer de colon y estómago.
Según el Instituto Federal de Evaluación de Riesgos (BfR) de Alemania, solo deben tostarse a temperaturas inferiores a 180 grados, ya que se producen cantidades significativamente menores de acrilamida que a temperaturas más altas.