Este es el pueblo de España donde las croquetas son triangulares
Se encuentra en la Comunidad Valenciana.
La croqueta es uno de los alimentos más extendidos a lo largo y ancho de España, y no es fácil encontrar un bar en el que no lo tengan en su carta. El plato es tan conocido que de hecho este martes 16 de enero está de enhorabuena, ya que celebra su propio Día Mundial.
Cuando se nombra la palabra ‘croqueta’ todo solemos tener clara su forma. De hecho, la propia Real Academia Española (RAE) define a la croqueta como una “porción de masa, generalmente redonda u ovalada (...)”.
Sin embargo, existe un pueblo de España en el que le llevan la contraria a esa tradicional definición de lo que es una croqueta. Se trata de Morella (Castellón), que presume de elaborar unas insólitas croquetas triangulares.
En la localidad castellonense se refieren a las mismas como croquetas morellanas. Aunque hay algunos comensales que las asemejan a las empanadillas por su aspecto, en Morella lo dejan claro: son croquetas.
La responsable de ventas, marketing y diseño de la empresa Croquellanas, Raquel Adell Sabater, explica al portal EscapadaRural que estas croquetas “están realizadas con tres tipos de carne: cerdo, ternera y pavo, guisadas todas juntas y con una ligerísima bechamel que le da la consistencia adecuada para que se le pueda dar esa forma tan peculiar de media luna que las caracteriza, ayudándose de una oblea que va pasada por huevo y pan rallado”.
Producción de 400.000 croquetas al año
La compañía Croquellanas nació en el año 2007 y su historia ha sido muy exitosa: “Ya casi llegamos a una producción de 400.000 unidades de croquellanas al año de forma artesanal. Se venden principalmente en la Comunidad Valenciana, el bajo Aragón y sur de Cataluña. Aunque tenemos algunos clientes a nivel nacional”, destaca responsable de ventas, marketing y diseño de la firma.
Respecto al origen de estas particulares croquetas triangulares, Adell Sabater precisa que “durante los años 50 y 60 había un grupo de guisadoras en el pueblo, porque no había restaurantes solo había bares. Entre ellas estaba Pilar Bonet (abuela de uno de los creadores y socio de esta empresa) y hacían banquetes en el pabellón donde les comandaban las comuniones, bodas… Ellas fueron las que crearon esta peculiar croqueta en forma de empanadilla pero rebozada con huevo y pan rallado”.