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"No contamos con abrir antes de febrero como pronto": cómo intentan recuperarse los negocios afectados por la DANA
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"No contamos con abrir antes de febrero como pronto": cómo intentan recuperarse los negocios afectados por la DANA 

Un mes después de la destrucción causada por las inundaciones, cientos de personas tratan de volver a una normalidad que todavía se ve muy lejana. 

El interior de una tienda en Paiporta en los días posteriores a la DANAEuropa Press via Getty Images

“Va a costar que esto vuelva a estar decente”. Así resumen María Ferrer la situación de la peluquería de su madre, Loli, un mes después de la DANA. El local, en Aldaia, quedó destrozado por la DANA del 29 de octubre y desde entonces Loli, María y toda su familia trabajan a destajo para intentar poco a poco volver a una normalidad que se intuye todavía muy lejos.

María cuenta que la peluquería en la que su madre lleva trabajando 40 años quedó completamente irreconocible por la riada. “Se llevó hasta las puertas. Nos quedamos literalmente con las paredes. Pero bueno, las paredes también hemos tenido que rascarlas todas porque se caían a pedazos”, cuenta la joven.

“Mi madre tiene 57 años, está ya relativamente cerca de la jubilación y lleva en la peluquería desde que tiene 18 años y es la fuente principal de ingresos de mi familia”, explica María, que insiste en que toda ayuda es poca.

"Mi madre tiene 57 años, está ya relativamente cerca de la jubilación y lleva en la peluquería desde que tiene 18 años y es la fuente principal de ingresos de mi familia"
María Ferrer

Su caso es similar al de miles de valencianos que han visto cómo sus tiendas, locales de trabajo o almacenes desaparecían en unas horas. Es el caso de la librería Somnis de Paper, en Benetússer, un pilar de la vida cultural del pueblo. “La riada la destrozó entera. Las paredes exteriores no se las llevó, pero en nuestro caso sí que se cargó el escaparate y dentro entró el agua hasta un metro setenta y se cargó prácticamente todo lo que había: mobiliario, la mayoría de libros, todo. La librería ahora está vacía completamente. Hemos salvado muy poquitos libros”, cuenta Jorge, uno de sus fundadores.

Como tantas otras personas de las zonas afectadas, cuando arrancaron el día no se esperaban lo que terminó sucediendo horas más tarde. “Es que aquí no había llovido nada, en Benetússer. Hacía un día muy desapacible, había alerta de que parecía que podía llover, pero no más allá de todo eso. Sí que a mediodía habíamos visto lo que estaba pasando en Utiel y en Chiva en las noticias, pero vamos, aquí no había caído ni una gota”, explica Jorge.

A pesar de que la situación parecía tranquila, ellos sí decidieron mandar a casa a Ana, la persona que se encargaba de la librería esa tarde, aunque sin mayor preocupación. “Ella viene sobre las tres y media y le dijimos ‘vete a casa por si acaso llueve mucho’ pero vamos, no esperábamos nada de lo que realmente pasó y lo que vino después. Las calles estaban secas”, insiste Jorge.

En apenas unas horas, esas calles en las que no había caído una gota se llenaron de agua arrasando todo lo que encontraba a su paso. Así se destrozó el almacén de la marca de joyería Singularu, en Picanya, perdiendo una gran parte de sus productos. “La riada destruyó por completo el almacén y nuestro objetivo era ponernos en marcha lo antes posible porque 350 familias dependen de nosotros directamente, es un número grande”, explica la CEO de la firma, Cristina Aristoy.

“Con la pérdida del almacén, que está en Picanya, toda la estuchería, papelería y las cajas se perdieron. El agua y el papel no se llevan bien y quedó todo perdido. La parte de las joyas, quedó llena de suciedad y tuvimos que mandarlas de nuevo a la fábrica para que quedaran como nuevas y limpias, porque al final es suciedad, pero el tema de papelería ser perdió todo”, cuenta Aristoy sobre el balance de daños tras las inundaciones.

Aún así, la empresaria valora que “dentro del shock gracias a dios solo fueron daños materiales” y que todas las personas que habían hecho un pedido en su web entendieron la situación en la que se encontraban en los primeros días.

Una recuperación lenta en la que la solidaridad ha sido fundamental

Tras el momento de shock inicial, Cristina Aristoy cuenta que su objetivo era intentar ponerse en marcha lo antes posible para dar seguridad a los empleados de la firma, pero que era difícil saber cómo. “Los dos días siguientes lo limpiamos todo, pero no teníamos ni agua ni luz, de hecho el agua no llegó hasta la semana pasada y la luz es la que nos podrían dejar las naves de al lado. Luego estaba todo el tema de los accesos, con lo poco que teníamos o que se había salvado y podíamos utilizar, hacíamos unos trayectos de tres o cuatro horas para hacer un camino de quince minutos”, cuenta.

“Los dos días siguientes lo limpiamos todo, pero no teníamos ni agua ni luz, de hecho el agua no llegó hasta la semana pasada. Luego estaba todo el tema de los accesos, con lo poco que se había salvado, hacíamos unos trayectos de tres o cuatro horas para hacer un camino de quince minutos”
Cristina Aristoy, CEO de Singularu.

Pese a todo, han podido retomar la actividad desde una pequeña nave que les han dejado. “Nos sirve”, asegura Cristina, que agradece la paciencia que han tenido todas las clientas que querían comprar joyas de la firma en pleno caos. “Mandamos un correo explicando que no iban a poder salir y pedimos paciencia y la respuesta fue tan bonita”, relata emocionada.

La lentitud de todo el proceso y los trabajos para intentar levantar los negocios que quedaron bajo el barro es una constante en todos los testimonios. “En nuestro caso, este lunes por fin nos han cambiado los escaparates que estaban rotos, hasta ahora cualquiera podía entrar en la librería”, cuenta Jorge.

“Las paredes estaban recubiertas de madera y qué pasa, pues que se han bufado y tenemos que cambiar todas las paredes. Tenemos que hacer más obra de la que esperábamos en un principio. Nosotros no hacemos cuentas de abrir antes de febrero como pronto. Hay que hacer obra, ver que el tema eléctrico funciona bien... estuvimos este fin de semana quitando las maderas y todas las paredes están llenas de humedad”, explica el librero.

"Tenemos que hacer más obra de la que esperábamos en un principio. Nosotros no hacemos cuentas de abrir antes de febrero como pronto"
Jorge, fundador de Somnis de Paper

A todos los trabajos de reforma, que serían complicados en cualquier situación, se suma que cientos de personas tienen que hacer lo mismo a la vez, por lo que encontrar profesionales que puedan ocuparse es difícil. “Nosotros para encontrar un cristalero que tuviera cristal han sido muchísimas consultas, hasta que por fin se pudo hacer. En Benetússer los accesos están mejor pero encontrar a gente que pueda y que tenga material no es sencillo”, asegura Jorge.

Para que la vida normal vaya volviendo a los pueblos afectados, aunque todavía quedan meses de trabajo, ha sido fundamental la ayuda de amigos, vecinos y voluntarios que se han volcado durante el último mes. “La verdad es que los primeros días tuvimos ayuda para limpiar de amigos, de familiares pero después de voluntarios de toda España que vinieron a ayudarnos”, cuenta María sobre cómo fue intentar poner en marcha de nuevo la peluquería de su madre.

“Fue alucinante la cantidad de ayuda que recibimos de gente que ni conocíamos. Yo abrí un GoFundMe para intentar recaudar un poco de dinero para volver a empezar y por ese lado empezaron a llegar donaciones, gente que me escribía para decirme ‘mi madre tiene una peluquería y vende los sillones, te los mandamos a ti’, y así pues poco a poco”, explica la joven.

"Fue alucinante la cantidad de ayuda que recibimos de gente que ni conocíamos. Yo abrí un GoFundMe para intentar recaudar un poco de dinero y por ese lado empezaron a llegar donaciones, gente que me escribía para decirme ‘mi madre tiene una peluquería y vende los sillones, te los mandamos a ti"
María Ferrer

En el caso de la peluquería de su madre, Loli ha podido volver poco a poco al trabajo, aunque “haciendo lo mínimo”. “Va haciendo algunas cosas con lo que tiene. Hemos tenido suerte porque hemos recibido muchas donaciones de voluntarios que nos han donado sillones, secadores, planchas... entonces con eso mi madre ha podido ir haciendo algo", agradece María.

“La gente se ha volcado, tanto los voluntarios que vinieron aquí como la que quería hacer compras en la web”, cuenta Jorge, que explica que en un primer momento se vieron abrumados porque no sabían cómo gestionar las compras que la gente hacía en la web de la librería con la intención de ayudar.

El librero señala que no sabían si tenían que hacer un cese de actividad ante la situación en la que se encontraban: “No teníamos ni librería ni libros porque se lo había llevado todo, entonces no sabíamos si podíamos o debíamos atender esas compras, pero la gente seguía, no sabíamos qué hacer”. En un principio, su gestoría les recomendó pedir a la gente que quería ayudarles hacer donaciones porque no se podía asegurar que esos libros llegaran, pero todo cambió hace dos semanas con la aprobación de un nuevo Real Decreto que les permitía compatibilizar la petición del cese de actividad con la atención de los pedidos online.

“Con el real decreto podíamos volver atendiendo los pedidos y ahí empezamos a gestionarlo, pero nos encontramos con otro problema, que en Benetússer no había movilidad. No podían entrar camiones, no se podía salir con coche, no se podía hacer nada. Aunque quisiéramos, no podíamos, así que empezamos desde la semana pasada a atender pedidos para cuando pudiéramos enviarlos”, cuenta Jorge, que reconoce el gesto de las personas que han pedido libros sin saber cuándo los recibirán.

Para Cristina Aristoy, con la DANA “se ha visto la solidaridad a todos los niveles y edades”. En su caso, Singularu recibió una ayuda fundamental desde Zarzuela después de que la reina Letizia, consciente de que se desgranan sus estilismos al detalle, eligiera varios modelos de pendientes de la firma para sus actos oficiales.

“Para nosotros el gesto de la reina es visibilidad y ahora mucha gente nos conoce gracias a ella e igual piensa en nosotros para algún regalo de Navidad”
Cristina Aristoy

“Lo que tiene la reina con ese gesto tan bonito, que no ha sido puntual, es que está poniendo el foco”, agradece Cristina. “Para nosotros es visibilidad y ahora mucha gente nos conoce gracias a ella e igual piensa en nosotros para algún regalo de Navidad”, cuenta la fundadora de la marca, que explica que l a historia de Letizia con Singularu viene de lejos. “Ella vino a un evento a Valencia hace dos años y nosotras le dimos un paquete y ahí se quedó. Y ahora se lo ha puesto”, cuenta Cristina, que insiste en que es necesario “un trabajo en cadena” a todos los niveles para que las zonas afectadas pueden salir de la devastación causada por las inundaciones.

Meses de trabajo largos por delante

Un mes después, las personas de las zonas afectadas insisten en que la situación está lejos de volver a la normalidad y que la reconstrucción será larga y hará falta que todo el mundo ponga de su parte. "Lo que más falta hace es más ayuda de todo tipo", reconoce María.

"Mi madre tiene el interior de la peluquería limpio pero fuera, en la plaza donde hay un parque y jardines, todo sigue hasta arriba de barro y así pues al final también se dificulta poder volver a trabajar con normalidad", cuenta sobre la realidad de Aldaia. Además, pide "ayudas económicas por parte de las autoridades". "Nosotros no hemos recibido nada, todo es de gente que lo ha dado de corazón, y hay que hacer obra de pared, azulejos y todo, después amueblar y volver a empezar", asegura María.

También tienen una larga obra por delante en Somnis de Paper, donde intentarán solventar la campaña de Navidad con la web y con una iniciativa del ayuntamiento. "Una vez hemos empezado a gestionar los pedidos online y sabemos que podemos ir haciendo pues nos viene muy bien, porque como hasta febrero no podremos abrir... Lo que sí que hemos hecho nosotros es que el Ayuntamiento de Benetússer ha puesto unas medidas para que los comercios que quisieran podían intentar acceder a una parada en el mercado, no había para todos pero digamos que los primeros... A nosotros nos ha tocado una pequeña parada en el mercado y abriremos en diciembre", cuenta Jorge. 

"Una vez hemos empezado a gestionar los pedidos online y sabemos que podemos ir haciendo pues nos viene muy bien, porque como hasta febrero no podremos abrir"
Jorge, Somnis de Paper

A pesar de que es muy pequeña y "no tiene nada que ver con la librería", es una ayuda en un momento en el que "toda la vida cultural y las actividades que se hacían en la librería se han parado". Conscientes de que hasta que se pueda volver a organizar algo en la librería pasarán meses, por el momento, los libreros se han marcado tres objetivos:  "Gestionar pedidos, la librería en el mercado y la obra que llevará mucho tiempo".

Desde Singularu, Cristina Aristoy explica que ahora están "centrados en intentar sacar la Navidad". "El equipo es grande, son 350 personas de forma directa... y después todo lo que podamos contribuir y seguir apoyando en lo que podamos ayudar nos sumaremos", asegura. 

Titania
Titania
Santander

"Dentro de las malas noticias, pues intentas hacer bandera de Valencia y es como, poco a poco, te puedes ir levantando. Nuestro objetivo primero era levantarnos nosotros y luego ponernos en marcha para seguir. Pero no es solo levantarnos nosotros es también ayudar al resto, porque es una cadena", defiende Cristina, que cree que la gente necesita buenas noticias. "Tenemos que salir de esta y tiene que volver la alegría. Ha habido una fase de destrucción total, queda mucho por hacer y hay que levantarse", insiste. 

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Uxía Prieto es redactora de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, moda o estilo de vida. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela y posteriormente estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo. Puedes contactar con ella escribiendo a: uxia.prieto@huffpost.es