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La sentencia que no marca el final del #SeAcabó: claves, reacciones y consecuencias de la condena a Rubiales

La sentencia que no marca el final del #SeAcabó: claves, reacciones y consecuencias de la condena a Rubiales

El expresidente de la RFEF tendrá que pagar una multa a Jenni Hermoso después de quedar probada la agresión sexual. El juez no ve, por contra, prueba de coacciones ni por parte de Rubiales ni de otros ex altos cargos federativos. Rubiales recurrirá y la Fiscalía estudia hacerlo.

Luis Rubiales, a la salida de la Audiencia Nacional hace unos díasFlorencia Tan Jun vía getty images

No #SeAcabó aún. La condena a Luis Rubiales por su beso no consentido a Jenni Hermoso en la celebración del Mundial femenino ganado por España en 2023 no cierra un caso que ha supuesto un 'antes y un después' global en el tratamiento social e informativo a las ideas del consentimiento, la agresión sexual y el supuesto rol de víctima 'ideal' que ha tenido que sufrir la futbolista todo este tiempo.

Caprichos del calendario, justo un año y medio después de aquellos hechos ha llegado la sentencia al caso. Otro 'antes y después' en forma de condena a Rubiales que tiene muchas caras. Porque la multa de 10.800 euros y la indemnización de 3.000 euros para 'resarcir' a Jenni Hermoso, más allá de la prohibición de acercamiento a menos de 200 metros y de comunicarse con ella durante al menos un año, ni siquiera suponen el fin del asunto. De momento, el equipo legal del expresidente promete que recurrirá una sentencia que del otro lado ha generado indignación por insuficiente. De hecho, la Fiscalía también estudia presentar un recurso.

Ello pese a que el propio juez José Manuel Fernández-Prieto da por probados los hechos de por los que acusaba la Fiscalía, aunque sí ha descartado el de coacciones que afectaba tanto a Rubiales como a tres ex altos cargos de la RFEF, entre ellos el antiguo seleccionador, Jorge Vilda. Coacciones aparte, el magistrado concede "plena credibilidad" a Hermoso, rechazando la tesis del 'saludo cariñoso' alegada por el mandatario y añadiendo la "connotación sexual" de la actuación.

Para Fernández-Prieto, un beso en la boca no es "la forma normal de saludar", ni hay pruebas verificables de que hubiera consentimiento de la futbolista a la petición de Rubiales de darle un "piquito", refutando así la prueba de lectura de labios que presentó el equipo del exdirigente. Al contrario, la sentencia reafirma el "disgusto" transmitido por Hermoso a su compañeras, un sentimiento que ha quedado "plasmado" a golpe de pruebas en el mediático juicio.

El análisis de los expertos

"Es una sentencia muy motivada, muy razonada desde el punto de vista jurídico, saliendo al paso de todas las pretensiones que las distintas partes han ido planteando durante el proceso", defiende Emilio Cortés, Catedrático de Derecho Penal y experto en derecho deportivo, a El HuffPost. "Naturalmente, con todo el respeto a la víctima y a los intervinientes. Viene a ratificar que él (el juez) intentó detener esa sobredimensión que algunas de las partes trataron de dar al procedimiento, cuando él, por su experiencia que es muy dilatada, sabía perfectamente, insisto, respetando los derechos de la víctima y los acusados, que desde el punto de vista jurídico era un procedimiento que tenía poco poso sustantivo", añade el experto. 

Segun Cortés, "la pena de multa que a fin al cabo es una pena, es lo suficientemente proporcionada". "Es, en definitiva, lo que tenemos que buscar. El juicio de ponderación. Existe un reproche proporcionado a la gravedad de los hechos, que nadie quita la gravedad", sentencia el catedrático. Sobre las posibilidades de recurrir la sentencia, Cortés ha explicado que los procesos "son bastantes más angostos cuando la sentencia es absolutoria a cuando lo es condenatoria. Es más sencillo remover una sentencia condenatoria".

Para Isaac Guijarro, abogado especializado en violencias machistas en Olympe Abogados, la sentencia es "tremendamente decepcionante". "Por un lado, en cuanto a la agresión sexual creo que ha calado por fin el discurso y la narrativa, tanto social como jurídica, de que si un beso o un tocamiento no tiene consentimiento expreso es una agresión sexual, y esto el juez de la Audiencia Nacional también lo ha entendido así", explica el letrado. 

"El problema es que no ha entendido por ejemplo que Rubiales, al ser presidente de la federación de la que Jenni Hermoso era jugadora, y se ha visto en el juicio que existía una actitud absolutamente mafiosa por su parte, pues lo que no se entiende es que no haya entendido que existe un prevalimiento por la superioridad, por esa cuestión de que al ser su jefe pues evidentemente tenía una superioridad que ejerció contra ella. Y por ende el juez ha podido considerar leve la agresión sexual e imponerle una multa y no una pena de prisión", defiende Guijarro. 

El abogado tampoco comprende que se haya absuelto a todos los imputados por coacciones. "Me parece demencial que en los hechos probados el juez haya dicho de alguna manera que hubo una coacción y un atosigamiento a Jenni Hermoso por parte de Rubiales y de la federación y sin embargo luego en la sentencia les haya absuelto a todos de la coacción", señala Guijarro. 

La sentencia amenaza con colear largo tiempo, como lo han venido haciendo unos hechos que acabaron por solapar, casi por completo, la histórica conquista del Mundial femenino ganado por España que acabó siendo algo secundario, absorbido por la vorágine causada a raíz del beso no consentido de Rubiales a Hermoso. Un año y medio de constante tormenta social y deportiva que ha sacudido de raíz el fútbol femenino y la RFEF.

Las reacciones al fallo judicial

Tras conocerse la sentencia, autoridades como la ministra de Igualdad, Ana Redondo, no han dudado en expresar su opinión sobre la decisión de la Audiencia Nacional. “Lo importante es destacar que un beso no consentido es una agresión sexual”, ha declarado la ministra, que ha defendido la aplicación de la Ley de Libertad Sexual.

“La ley permite decir con contundencia que las mujeres no se cuestionan, que las víctimas y la palabra de la víctima tiene que ser entendida, respetada, escuchada y no cuestionada. No se puede revictimizar a la víctima y en ese sentido creo que es un avance”, ha asegurado Redondo, que ha insistido en que lo importante es que el consentimiento debe estar en el centro.

Haciendo hincapié en el consentimiento también se ha pronunciado Irene Montero, que ha destacado el avance de la legislación y la sociedad en los últimos años. “Hace no tanto era impensable que la justicia reconociese un beso no consentido como agresión sexual. El feminismo lo está cambiando todo: sólo sí es sí”, ha publicado en su cuenta de X.

Eso sí, Montero ha matizado e insistido en que todavía queda camino por hacer puesto que “la multa y la reparación es mínima, sin inhabilitación y no se reconoce la posición de poder”.

Sin embargo, desde la Asociación Clara Campoamor, en declaraciones recogidas por la agencia EFE, han lamentado que "la justicia no ha estado del lado de la mujer víctima de violencia sexual" y que la sentencia "vuelve a revictimizar" a la jugadora. "La atemperación de la pena, hasta derivarla a la multa impuesta, obviando la prisión, no es acorde con las circunstancias y vuelve a revictimizar a Jenni", denuncian.

Para la asociación, limitarse al pago de una multa es "un claro ejemplo de la falta de sensibilización de la Justicia en la lucha contra la violencia de género y una nueva violencia institucional". Además, lamentan que la conversación se haya centrado en la violencia física, "omitiéndose otras violencias tan importantes como su comisión pública y por su superior laboral".

"Este tipo de casos tan mediáticos, donde todo el mundo está mirando con lupa, sirven para sentar jurisprudencia, como algo ejemplarizante para la sociedad", recuerda por su parte la activista feminista Júlia Salander en una tribuna en El HuffPost.  "En este caso, hemos visto todo el juicio, hemos estado dentro del juicio y esta sentencia es un jarró de agua fría para nosotras porque ¿cuál es el mensaje que recibimos? Que ni hay castigo ni hay justicia, no hay nada. 10.000 euros y ya está, venga para tu casa. ¿Cómo puede ser?", lamenta. 

El origen del #SeAcabó y el cuestionamiento de la víctima durante el proceso

A pesar de que se trataba de una victoria histórica, la celebración del mundial de la selección femenina quedó empañada por el beso no consentido de Rubiales y todo lo que sucedió en los días posteriores, empezando por los intentos de intentar desacreditar a Jenni Hermoso.

Esa actitud del expresidente de la Federación y sus palabras durante la asamblea extraordinaria del 25 de agosto de 2023 en la que repitió en varias ocasiones que no iba a dimitir colmaron el vaso de un grupo de jugadoras que llevaba años denunciando que las cosas no se estaban haciendo bien. "Esto es inaceptable. Se acabó. Contigo compañera", publicó Alexia Putellas en su perfil de X, abriendo la veda para el resto de compañeras de la selección y del grupo de las 15 que no habían ido al mundial.

El #SeAcabó no se quedó ahí y se escuchó meses después de en la gala de los premios Goya tras el caso Carlos Vermut, además de repetirse en decenas de pancartas en las manifestaciones del 8-M de toda España.

Hermoso, que denunció el beso no consentido a principios de septiembre de 2023, y sus compañeras de selección han insistido durante este año y medio en que comportamientos como el de Luis Rubiales no se pueden permitir no solo en el deporte, sino en ningún ambiente. "Me estaba besando mi jefe y eso no debe ocurrir en ningún ámbito", defendió Hermoso durante su declaración en el juicio.

En los últimos meses, desde algunos sectores se ha quitado hierro al asunto asegurando que Hermoso no tenía un comportamiento de víctima en los momentos posteriores al incidente. Unas críticas y unos comentarios que la propia fiscal del caso, Marta Durántez, denunció durante la lectura de sus conclusiones en el último tramo del juicio. "¿Hasta cuándo vamos a estar exigiendo a la víctima de una agresión sexual un comportamiento heroico? ¿Qué le podemos exigir que haga? ¿Que se vaya a un rincón a llorar? ¿Que monte un espectáculo?", alegó la fiscal de la Audiencia Nacional.

"No hubo consentimiento, no hubo pregunta, no hubo respuesta. Fue sorpresivo, inesperado y sin posibilidad de reacción de la víctima", defendió Durántez, que lamentó que hiciera falta "revictimizar" a Hermoso, preguntándose si las víctimas de una agresión sexual tenían que "mostrar un plus" para demostrar que eran víctimas.

La futbolista fue cuestionada por irse de viaje a Ibiza con sus compañeras tras ganar el mundial y por dar unas palmadas en el costado a Rubiales tras la entrega de medallas. ¿Qué querían que hiciera? ¿Que le empujara? ¿Que le diera una patada? ¿Que le insultara? ¿Se le puede exigir esto a la víctima?", denunció la fiscal.

La sentencia "vuelve a revictimizar a Jenni", insiste la Asociación Clara Campoamor, que en declaraciones recogidas por EFE asegura que “queda un largo recorrido para sensibilizar y formar a los operadores jurídicos”.

El adiós forzado de Rubiales 

Salpicado de otros escándalos judiciales alrededor de su presidencia federativa, Luis Rubiales se vio obligado a dimitir finalmente el 10 de septiembre, ante la incesante 'bola de nieve' generada y las medidas de presión ejercidas por el Gobierno español, la UEFA y hasta la FIFA, sumiendo a la federación en una interinidad no resuelta hasta hace semanas, con la victoria electoral de Rafael Louzán.

Su adiós forzado al cargo llegó, eso sí, tras dejar para el recuerdo una comentadísima comparecencia donde repitió una y mil veces aquella frase de "no voy a dimitir" a la que se agarró entre aplausos del resto de altos cargo y dirigentes deportivos federativos. En aquella asamblea extraordinaria, apenas cinco días más tarde de ganar el Mundial, Rubiales cargó contra el "falso feminismo" y puso la culpa sobre Jenni Hermoso, a la que acusó de dejarse llevar por intereses y presiones políticas para no admitir un supuesto consentimiento al beso que no ha podido probar en el juicio.

En paralelo, la futbolista madrileña vivió semanas de agobio y persecución social. A las innumerables muestras de apoyo políticas, deportivas y anónimas le hicieron contrapunto las no menos numerosas críticas, amenazas incluso, por haber denunciado lo ocurrido en la celebración por el título. Antes de que dimitiera el por entonces máximo dirigente del balompié español, el 6 de septiembre y tras semanas de incesante foco informativo, Hermoso dio el paso de denunciar a Rubiales abriendo una vía judicial que, de momento, no finaliza con la sentencia y que sigue condicionando el día a día de la selección. 

También, este jueves, en plena concentración prepartido de las campeonas del mundo. Muestras de que este partido aún no #SeAcabó.