La planta está por todas partes en España y es conocida por las flores del amor: debe ser podada sí o sí en septiembre
Varía en función del tipo de rosal y de la edad.
Los rosales son una planta que, pese a ser frecuente, no todo el mundo sabe cuidar bien. Para que se mantenga viva no hacen falta muchos cuidados, pero si queremos tener unas rosas preciosas y llamativas, la cosa es un poco más complicada.
Entre sus cuidados para que la floración sea perfecta, está la poda, aunque no es siempre necesaria. Por ejemplo, se debe evitar si son rosales jóvenes. "Si hemos seguido los pasos de cómo plantar correctamente un rosal, nuestra planta necesitará al menos un año para enraizar y hacer crecer su sistema de raíces. El mismo tiempo que tendremos que esperar antes de podar, para evitar que esta tarea de mantenimiento pueda ser perjudicial para su crecimiento", explican en la web especializada en plantas Verdecora.
Aunque se suele pensar que hay que hacerlo únicamente una vez al año, lo cierto es que desde Verdecora recomiendan hacerlo dos siempre y cuando sea un rosal maduro. La de febrero, tras las heladas del invierno y la de septiembre. "Gracias a ella, prepararemos a nuestra planta para el frío del invierno y la fortaleceremos para aguantar sin problema su reposo vegetativo", destacan sobre la poda del final del verano.
Esta poda de septiembre es de "limpieza y aclareo", es decir, sanear las ramas que floreciendo eliminando parte de la rama y las flores, aproximadamente la mitad del tallo. Especialmente en aquellos que florecen solo en primavera-verano, si no hay que hacerlo en febrero: "Si no lo es, podaremos aproximadamente dos tercios de su longitud. Una forma de permitir el crecimiento de nuevas ramas y, también, de nuevas flores".
Cómo podar en función del tipo de rosal
A la hora de podar un rosal es conveniente elegir unas tijeras correctas en función del grosor de las ramas y ejercer cortes diagonales. "Para que sea efectiva, tendremos que podar a menos de cinco centímetro de la yema", destacan en Verdecora. En el caso de que se tenga que eliminar una rama completa, habrá que cortar al borde de dónde se inserta el tallo principal.
También cabe recordar que en función del tipo de rosal, la poda debe ser más o menos conservadora. Por ejemplo, los rosales mini es mejor podarlos de forma conservadora. "Siempre mantendremos entre cinco y siete ramas principales, dando prioridad a los tallos jóvenes sobre los leñosos", recomiendan.
En el caso de los rosales viejos lo mejor es eliminar las ramas muertas o que rompan la estructura de la planta, pero no realizar estas dos podas anuales. Del mismo modo, se recomienda no podar los rosales arbustivos entre dos y cuatro años desde la siembra. Si se trata de rosales trepadores, se recomienda "eliminar solo las ramas muertas o enfermas en la poda de febrero".