¿Puede el jurado del Benidorm Fest impedir que el favorito de la audiencia vaya a Eurovisión?
El escándalo tras el triunfo de Chanel mantiene vivas las suspicacias sobre la determinante influencia del comité de expertos. Muchos eurofans no están conformes con los cambios introducidos este año.
🔴 Benidorm Fest 2023: Primera semifinal en directo
Que esclati tot. Al igual que el título de la canción del grupo catalán Siderland - que en castellano significa Que estalle todo - el Benidorm Fest alza el telón de su edición de 2023 con muchas incertidumbres y una sola certeza. Se desconoce si el concurso logrará igualar la enorme atención mediática que acaparó el año pasado o si alguna de las 18 candidaturas seleccionadas podrá repetir el chanelazo que nos brindó el mejor resultado en Eurovisión en 27 años. Pero una cosa está clara: pase lo que pase, habrá polémicas que harán estallar todo.
Y es que no sería igual una preselección española sin su buena ración de eurodrama. El año pasado, la controversia alcanzó cotas jamás vistas. Políticos, periodistas y famosos discutieron largo y tendido sobre la designación de Chanel para Turín 2022 y la derrota de las favoritas de la audiencia: Tanxugueiras ( que recibió el 75% del voto popular) y Rigoberta Bandini. El asunto llegó a la rueda de prensa posterior a un Consejo de Ministros y las cadenas privadas emitieron en directo la explicación de RTVE ante tal guirigay. El paso de las semanas y el incontestable puesto de Chanel en Eurovisión 2022 acabaron extinguiendo el drama, aunque la polémica se mantiene viva en los sanedrines eurofans.
Una parte de ellos sigue sin asimilar que Tanxugueiras o Rigoberta Bandini fueran privadas de su victoria por el masivo apoyo del jurado a Chanel con sus votaciones. RTVE, abrumada por el revuelo generado y las voces críticas que se dejaron escuchar en su seno, prometió hacer una revisión del procedimiento de votación de cara a futuras ediciones del Benidorm Fest. "Entramos en un momento de toma de consideración de muchos aspectos mejorables, con el compromiso de escuchar a todas las partes implicadas para, entre todos, mejorar en la segunda edición", señaló por entonces la directora de Comunicación y Participación de RTVE, María Eizaguirre.
No obstante, pocas cosas han cambiado con respecto a 2022. Al igual que en la anterior edición, el 50% de la decisión final corresponderá al jurado profesional y el otro 50% recaerá en el público, dividido a partes iguales entre televoto y jurado demoscópico. Pero, a diferencia del año pasado, en caso de empate ganará la candidatura que reciba la mejor puntuación del jurado profesional. Es decir, la decisión de los expertos prevalecerá sobre la del público si dos o más candidaturas empatan en primera posición. Algo para nada improbable.
Lo que sí cambia es la naturaleza del jurado. Si el año pasado lo formaban tres miembros nacionales y dos internacionales, en este caso serán tres nacionales y cinco internacionales. Con este cambio, RTVE quiere dar más peso a la opinión de voces foráneas al recordar que es el público europeo quien vota a la candidatura española en Eurovisión.
La cantante Nina, que representó a España en Eurovisión 1989, será la portavoz del comité de expertos después de que Nacho Cano no haya podido cumplir con dicha obligación pese a contar con él desde el pasado verano. El presidente de OGAE España (club de fans del festival) José Juan Santana y la directora del programa de Radio 3 Irene Valiente completan la cuota española, frente a los otros cinco miembros internacionales del jurado.
Los jueces foráneos serán la jefa de delegación israelí en Eurovisión Tali Eshkoli; los exjefes de delegación de Suecia e Italia, Christer Björkman y Nicola Caligiore; el periodista y director de la mayor web fan sobre el festival, William Lee Adams; y la ganadora de Eurovisión 1997, Katrina Leskanich.
El público eurofán se ha mostrado dividido ante esta novedad. Frente a los que consideran bueno que haya más miembros y que, además, sean extranjeros, otras voces recalcan el carácter puramente eurovisivo del grupo y la falta de periodistas, críticos o personalidades destacadas del panorama musical español. "¿Creamos productos para Eurovisión aunque no sean la mejor canción o no representen a la industria musical del país, o buscamos la mejor canción, la más impactante y representativa de artistas e industria local y la enviamos al festival? He aquí el futuro del Benidorm Fest", señala Luka, responsable de la web Eurovision-Spain.com. Aunque el certamen nacional nació con la premisa de emular al Sanremo italiano y convertirlo en el máximo exponente de la música española, la selección del jurado transmite de forma clara que lo que busca RTVE a través del Benidorm Fest es una candidatura ganadora para Eurovisión.
Pero, ¿es el jurado tan decisivo como aparentan los resultados de la primera edición? Lo cierto es que el Benidorm Fest utiliza una fórmula de elección del representante igual o muy similar al que se utilizan en otros países europeos. Aunque cada televisión pública modifica y juega con las reglas según cada edición, la mayoría de preselecciones usan la fórmula mixta de jurado y televoto o sólo voto del público para elegir a su representante. En Eurovisión también se mantiene este equilibrio entre expertos y voto popular. Pocas veces la decisión recae únicamente en un jurado, como ha sido el caso de Albania hasta este año, o como en Rumanía, donde el apoyo popular apenas es influyente en la decisión final. Lo que sí es singular es el uso del jurado demoscópico, al que se ha recurrido en muy pocas ocasiones.
En efecto, el poco apoyo del jurado a Tanxugueiras el año pasado privó a las gallegas del triunfo, pese a que fueron las más votadas por público y jurado demoscópico. Se quedaron a seis puntos de Chanel. Pero aunque en el recuerdo popular queda que la hispanocubana sólo ganó gracias al jurado, lo cierto es que Chanel fue segunda en el jurado demoscópico y tercera en el televoto. Es decir, sí recibió apoyo del público. Igual que Rigoberta Bandini, que quedó segunda en el jurado, segunda en el televoto y tercera en el demoscópico. Además, la victoria de Chanel nunca fue irremediable: si Rigoberta hubiera quedado segunda en el demoscópico habría ganado, de igual manera que si hubiera sido la favorita de la audiencia a través de su voto directo. Matemáticamente, la puntuación del jurado no fue determinante para que ganara Chanel.
Lo que sí parece evidente es que la fórmula del 50% favorece a las candidaturas "de consenso". Es decir, que ganan aquellos artistas que llevan un pack capaz de contentar a ambos, sin necesidad de que sea la opción favorita de ninguno de ellos. Este tipo de resultado suele darse con mucha frecuencia en las preselecciones que aplican el carácter mixto en sus votaciones.
Algunos eurofans españoles sí se quejan este año del desequilibrio que hay entre la posible máxima puntuación del jurado y la del público. Si los ocho jueces dieran su máxima puntuación a la misma candidatura, ésta sumaría 96 puntos. En cambio, si demoscopia y televoto coinciden en gustos, la recompensa máxima es de 80 puntos. Es decir, 16 menos. "Para que el sistema fuera equilibrado, el jurado debería votar con puntos cerrados o el televoto con porcentaje en función de las llamadas recibidas. Fácil. Yo me ahorraré los dos euros en el televoto y que gane el que se considere el mejor", señala Vicente Rico, también de Eurovision-Spain.com.
Este "desequilibrio", unido a que el jurado decide en caso de empate, ha abierto de nuevo la caja de las sospechas sobre la posibilidad de que el ganador del Benidorm Fest pueda ser decidido independientemente de la opinión de la audiencia. Una postura que RTVE desmiente de forma tajante. "No ha habido ningún chanchullo ni voluntad de beneficiar a uno u otro candidato. Hemos trabajado al máximo nivel y con máxima honestidad. No ha habido nada turbio", se defendía María Eizaguirre en plena espiral de críticas el año pasado, algo que llevó a Chanel a borrarse la aplicación de Twitter y amenazas de muerte a miembros del jurado como fue el caso de Miryam Benedited (a la postre, convertida en heroína nacional para algunos por su respaldo a la candidatura de Chanel).
En todo caso, la huella indeleble que dejó la polémica de las votaciones ha lastrado la segunda edición del Benidorm Fest. Tal como confesaba la jefa de delegación de España en Eurovisión, Eva Mora, "a muchos artistas consagrados les han echado para atrás las polémicas en redes". En la lista de 18 candidatos de este año no hay ninguna gran figura de la música española y hay una menor cuota del panorama indie con respecto a la edición pasada.
Ni la medalla de bronce de Chanel en Eurovisión ha podido poner fin a las especulaciones y los bulos relacionados con la dinámica de votación del Benidorm Fest. Y todo pinta a que la comunidad eurofán seguirá viendo con recelo los votos que los ocho miembros del jurado realicen este año. En todo caso, en Benidorm reina por ahora el buen rollo y la diversión. A la espera de que todo estalle... una vez más.