Sara Carbonero comparte una imagen de hospital con una reflexión
La ha subido este miércoles a sus 'stories' de Instagram y ya no está disponible; este jueves ha compartido que ha disfrutado de una comida con amigas.
El perfil de Instagram de Sara Carbonero sirve a la periodista como un portal en el que compartir imágenes acompañadas de largas reflexiones. En ocasiones, sobre sí misma, pero también sobre la vida, la amistad o las personas de su alrededor.
En las últimas horas, varios medios de comunicación han divulgado una imagen que la periodista ha compartido a través de stories de Instagram. Esta ya no se encuentra disponible en su perfil, pero publicaciones como Vanitatis la han visto antes de que caducara.
En ella aparece un gotero, máquina habitual en las habitaciones de hospital, con una ventana de fondo. No se puede apreciar ni reconocer ningún rostro en ella, como tampoco se puede saber con certeza por las vistas que ofrece el cristal en qué centro hospitalario se encuentra.
Vanitatis recoge que ha acompañado la fotografía de un pequeño mensaje: "Las mañanas de hospi dan para mucho".
La periodista no ha llegado a especificar si la que se encuentra recibiendo atención médica es ella o algún familiar, un dato que tampoco ha compartido ninguno de los medios que se ha hecho eco de la fotografía.
La imagen es de la jornada del miércoles. Durante la tarde del jueves ha compartido unas cuantas fotografías junto a otras amigas a la hora de la comida.
No es la primera vez que difunde imágenes de hospital ni de algún momento íntimo. El pasado mes de marzo hizo lo propio. Subió un vídeo en el que se podía ver una cadena de música reproduciendo una canción. "Me produce una extraña alegría que en la habitación 678, justo en este momento, alguien lee exactamente el mismo libro que yo, probablemente en el mismo sofá de polipiel, con la misma incertidumbre", comenzaba a escribir en el texto que lo acompañaba.
"En los pasillos y en la cafetería me cruzo con muchísimas personas que siempre dejan paso en el ascensor y saludan sonrientes, como lo hago yo", prosiguió. Y, tras explicar que esos son "los 'códigos" del lugar, relataba que en la sala contigua había "unos juegos y unos libros para que la gente pueda matar el tiempo ahí". Además, explicó que en esa misma habitación hay un "aparato de música que funciona con CDs".
Y, así, continuó contando lo que sucedía en esa sala. Todo ello en un relato que decidió culminar con las palabras que acompañaban una ilustración de Mafalda: "¿Pensaron alguna vez que si no fuera por todos nadie sería nada?".