La familia real sin Isabel II: el perfil bajo de Carlos III, las críticas a Guillermo y la ausencia de Harry
La casa real británica se ha enfrentado a un año de cambios en el que se ha notado la muerte de la longeva reina.
La sombra de Isabel II es muy alargada y eso sigue estando patente un año después de su muerte. En los últimos doce meses Carlos III ha intentado encontrar su sitio como nuevo rey y marcar perfil propio con respecto a su madre, aunque sin llegar al carisma de la longeva monarca. De hecho, ella sigue siendo la royal favorita de los británicos y él tiene que conformarse con el quinto puesto. Hay que bajar hasta la novena posición para encontrar a Camilla, que apenas ha dado que hablar en su primer año como reina.
Carlos III no ha planeado grandes actos para homenajear a su madre y está pasando el aniversario de su muerte en el castillo de Balmoral (Escocia), donde Isabel II falleció hace un año y donde la familia ha pasado los últimos días del verano. “Balmoral era su lugar favorito en el mundo y ahora será el momento en el que reflexionen sobre su pérdida”, explicó una fuente cercana a la revista People este miércoles.
Otra fuente citada por la revista asegura que la muerte de la reina ha sido “una pérdida enorme”, pero que está “impresionado” por la manera en la que Carlos III y el resto de miembros de la familia real han tirado hacia delante el último año. En sus apariciones públicas, el nuevo rey no ha dudado en mostrarse seguro de sí mismo y mucho menos formal que su madre, marcando una nueva etapa en la monarquía británica.
En este tiempo el nuevo monarca ha tenido que enfrentarse a unas cuantas críticas —incluso le han tirado huevos por la calle— y a la reestructuración de la familia real británica en un momento en el que las relaciones entre algunos de sus miembros no son las más deseables. Mientras que el príncipe Harry ha puesto un océano de por medio, el príncipe Andrés quiere volver a formar parte de la actividad institucional, algo que no entra en los planes de Carlos.
El que fuera hijo predilecto de la reina, apartado de la familia real por el escándalo de abusos sexuales de Jeffrey Epstein, ha intentado sin éxito volver a representar a la casa real. Eso sí, el nuevo monarca quiere incluirlo en la vida familiar y por eso lo ha invitado a pasar unos días en Balmoral como si fuera uno más.
Lo que no ha cambiado en la estructura de la familia real es el trabajo de la princesa Ana, que suele ser la royal con más actos institucionales y una de las mejores valoradas por los británicos. A pesar de que Carlos III quiere una monarquía reducida, prescindir de su hermana no sería una buena idea.
El nuevo monarca ha dado más responsabilidades al príncipe Eduardo, que ha heredado el ducado de Edimburgo cumpliendo los deseos del marido de Isabel II. Desde la salida de Meghan y Harry el nuevo duque y su mujer, Sofía, se han ido ganando poco a poco a los británicos con su discreción.
El año más criticado del príncipe Guillermo
Para el príncipe Guillermo y Kate Middleton la muerte de Isabel II supuso un punto de inflexión como herederos al trono británico y en el último año han ido ganando un protagonismo que la sociedad les ha reclamado durante años. Ese protagonismo se vio en la coronación de Carlos III, en la que el príncipe de Gales tuvo un papel fundamental y la princesa acaparó incluso más titulares que la reina Camilla.
Sin embargo, los últimos meses no han sido un camino de rosas para la pareja, que en febrero se vio envuelta en un escándalo en los tabloides británicos por una supuesta infidelidad del príncipe Guillermo a Kate Middleton. Según algunos medios británicos, el heredero habría pasado la noche de San Valentín con Rose Hanbury, marquesa de Cholmondeley, a la que los medios británicos no dudan en calificar como su amante en las informaciones publicadas. Esas informaciones levantaron un revuelo especial porque desaparecieron de las webs de los principales tabloides días después de ser publicadas.
Los rumores de infidelidad no han vuelto a las páginas de los periódicos pero eso no quiere decir que el príncipe no haya estado exento de críticas por otras cuestiones. No ha sido el mejor verano de Guillermo, que se vio envuelto en una fuerte polémica por no acudir a la final del mundial femenino de fútbol como sí hizo la reina Letizia. El heredero tuvo que disculparse por adelantado por no ir a través de un mensaje de vídeo en el que daba su apoyo a las jugadoras junto a su hija Carlota. Sin embargo, las disculpas no fueron suficientes y tabloides como el Daily Mail abrieron fuego contra él asegurando que si la final hubiera sido masculina, con toda seguridad, habría estado apoyando a la selección.
Además de príncipe de Gales, Guillermo también es presidente de la Asociación de Fútbol inglesa, por lo que su ausencia fue todavía más sonada. Según fuentes cercanas al heredero, el hijo de Carlos III estaba preocupado por la huella de carbono de un viaje tan largo para tan poco tiempo, además de por un posible conflicto diplomático por ir a Australia antes que su padre, que todavía no ha visitado el país desde que subió al trono.
Por si eso no fuera suficiente, días después, Guillermo se vio envuelto en una nueva polémica, esta vez con Kate Middleton. El motivo fue una foto de la pareja volviendo de una iglesia en Balmoral (Escocia) en la que aparecían en el coche con el príncipe Andrés. Gran parte de los británicos ha criticado duramente al heredero por aparecer con su tío y se ha preguntado en qué posición deja esa fotografía a los futuros reyes.
A pesar de este reguero de críticas a las que el príncipe Guillermo no está demasiado acostumbrado, su popularidad no se ha resentido. El heredero sigue estando por encima de su padre y es el royal más popular sin contar a Isabel II según el ranking de YouGov, una de las encuestadoras más reconocidas de Reino Unido. Kate Middleton también está mejor vista que los actuales reyes y ocupa el cuarto puesto, por detrás de la princesa Ana.
Meghan y Harry, sin reconciliación a la vista
Un año da para mucho y si no que se lo digan a Meghan y Harry. Los duques de Sussex lanzaron solo tres meses después del fallecimiento de Isabel II su docuserie de Netflix en la que narraban su salida de la familia real y acto seguido el hijo pequeño de Carlos III publicaba su incendiaria biografía.
Después de acaparar titulares todos los días, la pareja ha pasado la mayoría de 2023 adoptando un perfil bajo a excepción de la persecución por parte de un grupo de paparazzi que denunciaron en mayo. Durante estos meses, los duques se han enfrentado a rumores de crisis que quedaron fulminados el pasado fin de semana cuando reaparecieron en el concierto de Beyoncé bailando y dándose arrumacos.
El príncipe Harry viajó Reino Unido este jueves, justo un año después de la muerte de su abuela, para participar en la entrega de los premios WellChild pero no hay constancia de se haya reunido con su padre o su hermano. El duque ha estado poco tiempo en Londres pero suficiente para visitar la capilla de San Jorge, en Windsor, donde está enterrada Isabel II. El sábado estará ya en Alemania para participar en los juegos Invictus y será allí donde Meghan Markle se reunirá con él para formar parte de uno de los eventos más importantes para el príncipe Harry.
La relación del duque de Sussex sigue siendo gélida tal y como quedó patente durante la coronación de Carlos III, de la que Harry se marchó directo al aeropuerto para celebrar el cumpleaños de su hija Lilibet en California. Los lazos no solo se han cortado por parte de los Sussex, sino también de la familia real ya que el nuevo monarca decidió que Meghan y Harry evacuaran Frogmore Cottage, la residencia que les otorgó Isabel II y que reformaron tras su boda, para dársela supuestamente al príncipe Andrés. Mientras, la pareja sigue a su aire en su mansión de Montecito.