Esther Cañadas, sobre su enfermedad: "Tuve dos o tres momentos de decir 'este día aquí te quedas"
La modelo se ha sincerado con Vicky Martín Berrocal en su podcast 'A solas con'.
"Muchísimo arroz blanco". Eso es lo que comía Esther Cañadas antes de convertirse en supermodelo internacional. "Recuerdo estar sentada en la cocina de mi casa con 16 mirando las facturas de la luz, del agua y tal con mi bol de arroz blanco diciendo '¿yo cómo voy a pagar esto ahora?", ha rememorado en el podcast A solas con, conducido por Vicky Martín Berrocal en Podium Podcast.
En esta última entrega, Cañadas cuenta cómo saltó al estrellato y cómo fue su llegada a Estados Unidos, donde le salió "un booking directo por 30.000 dólares". "Me vinieron a buscar en limusina. Ramos de flores enormes de todos los agentes de Nueva York", ha contado ante una atónita Berrocal.
"Me pasaban notas debajo de la puerta de la habitación, me venía un camarero y me decía 'perdone, hay un señor que quiere hablar con usted si usted cruza la calle...' Era todo como una locura. Llamaba a mi agente en España a cobro revertido, por supuesto, porque no tenía ni un duro, y le preguntaba '¿pero qué está pasando?' y me decía 'no tengo ni idea", ha relatado.
"En una reunión se me ocurrió decirles 'la semana de la moda empieza en tres días, quiero hacer los desfiles'. Se morían de risa", ha afirmado Cañadas, porque lo normal es cerrarlos tres meses antes. Se fue con el único que le dijo que sí y "al tercer día de estar en Nueva York ya firmaba autógrafos".
La modelo, de 46 años, también se ha sincerado uno de los momentos más difíciles de su vida: fue diagnosticada de vasculitis, una enfermedad autoinmune que produce la inflamación de los vasos sanguíneos.
"Lo tengo muy presente, me podía haber quedado ahí y no estar hoy contigo. Doy las gracias por estar aquí", ha resaltado. Como ha explicado, lleva mal no poder orientar a quienes también lo sufren y le piden consejo, porque cada caso es único: "No es algo fácil de vivir, de manejar y, sobre todo, de curar".
"Me podía haber quedado ahí. He estado seis años de mi vida luchando por salir de un sitio que era muy difícil. Yo tuve dos o tres momentos de decir 'este día aquí te quedas'. Me puse hasta de voluntaria experimental", ha confesado.
Cañadas estuvo un tiempo intentando estar activa cuando aún estaba sin diagnosticar, pero "era un desastre todo" por tener "muchísimos efectos secundarios" que, además, eran cambiantes.
"A mí todas las analíticas me salían bien, pero me explotaban todos los vasos capilares del cuerpo a la vez. Vivía en un 10% de mi energía, tenía receta de reposo absoluto de por vida. Es la primera vez que lo cuento, son cosas que no suelo decir...", ha asegurado.
"Lo único que puedo decirle a toda la gente que me pregunta es que no te tienes que rendir, tienes que seguir ahí porque en algún momento hay una puerta", ha recalcado.
Debido a la enfermedad acabó retirándose y viviendo en México. Después, llegó su hija, a la que adora y con la que ha podido estar presente en sus primeros años: "No me he perdido nada y eso no me lo quita nadie, eso es un regalo".