Dos años después de la muerte de Isabel II, la familia real intenta recuperarse de otro 'annus horribilis'

Dos años después de la muerte de Isabel II, la familia real intenta recuperarse de otro 'annus horribilis'

Los cánceres de Carlos III y Kate Middleton han puesto a la institución contra las cuerdas.

La familia real, durante el Trooping the ColourGetty Images

Durante décadas, Isabel II fue el pilar fundamental de la familia real británica. Su máxima representante como jefa de Estado y la figura que consiguió dar a la institución prestigio y estabilidad. Cuando se cumplen dos años de su muerte, la monarquía británica atraviesa uno de sus momentos más delicados por los problemas de salud de Carlos III y Kate Middleton

Hace un año, cuando la mayoría de medios británicos hacían balance sobre la percepción de la familia, gran parte de ellos citaban el perfil bajo que había adoptado el nuevo monarca en comparación con su madre y se preguntaban cómo abordaría algunos 'frentes abiertos'. Entre ellos, el del príncipe Andrés, apartado de sus responsabilidades públicas tras el escándalo de abusos y tráfico de menores del caso Epstein

A pesar de las graves acusaciones contra el príncipe Andrés, gran parte de la atención mediática se centró a la gélida relación de Meghan y Harry con el resto de la familia o a la poca implicación del príncipe Guillermo, al que se acusó de no estar a la altura de su papel como heredero. 

A día de hoy, esos problemas han quedado prácticamente en el olvido después de que se anunciara que Carlos III y la princesa de Gales tenían cáncer y estaban recibiendo tratamiento. En el caso del monarca, la enfermedad se comunicó desde el principio apenas unos días después de que el rey se sometiera a una operación de próstata que, según Buckingham, no estaba relacionada con el cáncer. 

  La reina Camila y el príncipe Guillermo, presidiendo la misa de la Commonwealth el pasado 11 de marzoGetty Images

En el caso de Kate Middleton, se comunicó que la princesa había sido sometida a una cirugía abdominal de un problema que se calificó como "no canceroso". Después de tres meses de ausencia y miles de teorías de la conspiración, la propia Kate explicó en un mensaje de vídeo que tenía cáncer y que estaba recibiendo quimioterapia preventiva

Carlos y Kate, dos maneras de gestionar la enfermedad

Con las bajas del rey y la princesa de Gales, la corona británica se quedaba en manos de la reina Camilla, que ha sido el rostro visible de la institución estos meses, y del príncipe Guillermo, que redujo drásticamente su agenda para acompañar a su mujer y cuidar a sus tres hijos, Jorge, Carlota y Luis. 

Cuando comunicó su diagnostico, Carlos III también confirmó que cancelaría su agenda pública pero que mantendría sus reuniones con el primer ministro como jefe de Estado con total normalidad. Además, Buckingham publicó de manera recurrente imágenes del rey en su despacho o leyendo las tarjetas de cariño que le enviaron muchos británicos durante las primeras semanas. 

  Carlos III leyendo algunos mensajes de apoyoJonathan Brady vía Getty Images

El rey también se dejó ver en Sandringham, una residencia en el campo donde la familia pasa la Navidad y en la que se refugió mientras recibía tratamiento. Allí también se le pudo ver acudiendo a misa y saludando a los curiosos que se acercaban a la zona. 

Una estrategia muy diferente a la de Kate Middleton, a la que tras su operación no se vio hasta que publicó el vídeo en el que anunciaba que tenía cáncer en marzo. Un anuncio que para muchos llegó tarde y que permitió que las especulaciones se desataran, pero que según la princesa se hizo porque necesitaba tiempo para contarle a sus tres hijos que tenía una enfermedad y cómo iban a gestionar la situación en familia. 

  Kate Middleton en el desfile Trooping the ColourGC Images

Además, la princesa aseguró que necesitaba tiempo y privacidad para recuperarse, por lo que no iba a retomar su agenda pública hasta que estuviera recuperada. Middleton reapareció en junio para asistir al Trooping the Colour, aunque el día anterior advirtió de que seguía recibiendo quimioterapia y que no estaba "todavía fuera de peligro". 

La princesa, que indicó que tenía días más duros que otros como cualquier paciente de cáncer, también aseguró que tenía ganas de acudir a algunos actos durante el verano si su enfermedad se lo permitía, y así fue. Middleton asistió a mediados de julio a la final masculina de Wimbledon para entregar el trofeo de campeón y fue recibida con una atronadora ovación por parte del público de la pista central. 

  Kate Middleton, saludando al público de WimbledonGTRES

Sí ha estado más presente Carlos III que, como han recordado varios diarios británicos, es el rey y por lo tanto tiene que ser visto más que la princesa. A finales de abril, anunció que se estaba recuperando bien y que retomaría su agenda pública, aunque de una manera menos intensa que antes del diagnóstico. 

Desde entonces, ha participado en todo tipo de actos, entre ellos la visita simbólica a un centro oncológico o la recepción a los emperadores de Japón, que viajaron hasta Reino Unido para una visita de Estado. 

  Carlos III, en la cena de Estado con los emperadores de JapónGetty Images

En los próximos meses, la familia real británica tendrá que seguir navegando estas circunstancias e intentar que este nuevo annus horribilis no se haga todavía más cuesta arriba para el resto de miembros de la familia. Hay que recordar que hace unos meses la princesa Ana tuvo que ser hospitalizada tras un accidente en su residencia, aunque ya se ha recuperado con normalidad. 

La institución notó la baja de la hermana de Carlos III, que es una de las royals que más actos y compromisos tiene en su agenda. Una figura fundamental en un momento en el que la corona, con la mitad de su núcleo duro todavía recuperándose y sin posibilidad de regreso de los duques de Sussex, necesita a todos sus miembros.