El hongo Cordyceps de 'The Last of Us' existe: ¿puede convertirnos en zombis?
Abarca unas 400 especies que se dan sobre todo en zonas tropicales de Asia y América.
La serie The Last of Us, que se estrenó el 16 de enero en HBO y está basada en el popular videojuego del mismo nombre, presenta un futuro distópico tras una epidemia. Hasta aquí puede que algo suene. Pero la pandemia, en vez de un virus, la provoca un hongo, el Cordyceps, cuya mutación por el calentamiento global causa que los humanos infectados pierdan el control de sí mismos y se conviertan en zombis asesinos.
La historia es —claramente— ficticia. En el mundo real, sin embargo, el Cordyceps existe y abarca unas 400 especies, que se dan sobre todo en zonas tropicales de Asia y América.
Como explican al comienzo de la producción, y destaca el medio National Geographic, los hongos son parásitos de insectos y producen enzimas que degradan la pared del exoesqueleto de los insectos para colonizarlos. "Con el sistema nervioso alterado, los insectos pierden la voluntad y son controlados por los hongos, lo que les conduce a diseminar las esporas y colonizar a otros insectos", detalla el medio.
Pero esto no puede extrapolarse a los humanos ya que los mamíferos y las aves regulan su temperatura corporal por encima de los 37 ºC y los hongos no pueden crecer correctamente por encima de los 32 ºC.
Esto mismo se cuenta en la serie, y lo sortean afirmando que el Cordyceps se ha adaptado al cambio climático y puede prosperar en el organismo de los humanos. Pero como señala el mismo medio, aunque el cambio climático seleccionara a las especies de hongos más resistentes y estas pudieran colonizarnos en un supuesto futuro, este proceso tardaría tanto tiempo que el verdadero problema sería el cambio climático en sí y no los hongos.
Otros parásitos
Un estudio del Centro Internacional de Investigaciones Médicas de Franceville, en Gabón, sugiere que otros parásitos sí que podrían ser de forma potencial más influyentes en nuestro comportamiento.
La investigación muestra que este parásito manipula el cerebro de los chimpancés para que produzca el neurotransmisor GABA, que suele asociarse con una reducción de la sensación de miedo, apunta el National Geographic.
Además, un estudio publicado en PNAS por parte de un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, es aún más especulativo sobre los efectos de un virus que podría volver a las personas más estúpidas.
Este es el virus Acanthocystis turfacea chlorella virus 1 (ATCV-1) y, según los resultados del estudio, los infectados por él tardaban un 10% más de tiempo en realizar una prueba de atención visual que consistía en unir mediante una línea puntos numerados en una hoja dispuestos al azar. Todos estos estudios, sin embargo, son aún muy especulativos y la capacidad de control de estos parásitos es aún muy modesta como para suponer una amenaza.