Una terapeuta enciende las alarmas por el comportamiento de los adultos que no fueron elogiados en su infancia
Puede que estén replicando patrones, pero éstos se pueden romper.
"Es importante fomentar el progreso de un niño, estimularlo y alentarlo a hacerlo mejor en el futuro", señala Yasmine Liénard, psicoterapeuta cognitivo-conductual, en un artículo de Le Journal des Femmes.
Que unos padres elogien a su hijo quiere decir, en primer lugar, que están atentos a lo que hace y a sus progresos. Sin embargo, en ocasiones, hay personas que no reciben la suficiente consideración y eso, según esta especialista del Hospital Universitario de Burdeos, puede tener consecuencias en la edad adulta.
Por supuesto, asegura Liénard, ni es necesario elogiar todo el tiempo ni los niños son siempre perfectos. Aboga por pensarlo en términos de una escala del 0 al 100%: "Un exceso de valoración rondaría el 100% y conduciría a una sobrevaloración del niño". En el extremo opuesto, un 0% de estímulo derivaría en una carencia emocional, con unos padres "indiferentes o, incluso, ausentes".
Posibles motivos que apunta que podrían causar este desinterés son, por un lado, que los propios padres no fueran elogiados durante su infancia y estén replicando este patrón, o que padezcan depresión o estrés.
Según Liénard, la falta de elogios durante la infancia puede desembocar en que la persona busque atención y haga lo posible por ser especial (por ejemplo, intentando ser el primero de la clase o teniendo un físico perfecto), dificultades a nivel emocional (como apego ansioso o dependencia emocional) o, incluso, en los casos más extremos, adicciones, entre otros. Por todo esto, su recomendación es que los padres trabajen sobre sí mismos y sus patrones, además de estimular a sus hijos reforzando su buen comportamiento.