Ni egoístas ni caprichosos: varios estudios quitan fuerza al mito del síndrome del hijo único
En su mayor parte, son clichés sin base científica.

Muchas etiquetas pesan sobre los hijos únicos. En muchas ocasiones se dice que, al criarse sin hermanos, son más egoístas, caprichosos o malcriados, pero son afirmaciones más basadas en creencias que en evidencias.
En WeLife han desmentido todos estos aspectos que se asocial al llamado síndrome del hijo único.
Como recuerdan, todo parte de un cuestionado trabajo de los psicólogos G. Stanley Hall y E. W. Bohannon a finales del siglo XIX, que concluyeron que los hijos únicos tendían a ser "celosos, egoístas, egocéntricos, dependientes, agresivos, dominantes o pendencieros", y llegaron a referirse a serlo como "una enfermedad en sí misma".
En el artículo han recopilado varios estudios que echan por tierra esas suposiciones. Por ejemplo, citan algunos que han encontrado que suelen tener un rendimiento académico por encima de la media, algo que achacan a que quizá "reciben más atención de sus padres y tienen más oportunidades educativas".
También se ha probado que el que sean más narcisistas es un cliché sin base.
Sobre el mito de que puedan ser menos sociables, mencionan que un estudio concluyó que aunque se habían observado algunas diferencias en las conductas de sociabilidad de los adultos según si crecieron con hermanos o no, pero "estas diferencias no son grandes ni generalizadas [...] y pueden disminuir con la edad".
"La clave estaría en la socialización temprana con otros niños a través de la escuela, actividades extracurriculares y el entorno familiar", afirman en WeLife.