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La reflexión sobre uno de los mayores miedos de los padres: "Pueden, pero no debemos pensar continuamente en ello"

La reflexión sobre uno de los mayores miedos de los padres: "Pueden, pero no debemos pensar continuamente en ello"

La periodista de Le Monde Clara Georges reflexiona sobre la muerte perinatal a partir del libro First Cris. Los misterios de la neonatología, de la periodista Clémentine Goldszal.

Imagen de archivo de un recién nacido.TEERAYUT CHAISARN via Getty Images

Pocos conocen o quieren conocer la realidad de las unidades neonatales, esas salas médicas en las que bebés recién nacidos luchan por sobrevivir mientras la situación hunde a sus padres en el terror y la tristeza.

La periodista Clara Georges reflexiona sobre ello en un artículo publicado este miércoles en el diario francés Le Monde a partir del libro First Cris. Los misterios de la neonatología, de la periodista Clémentine Goldszal y que se publicó el 24 de enero: "Hay un lugar en París donde este riesgo es visible por todas partes y donde los padres se aferran a la supervivencia de sus hijos durante días, semanas: el departamento de neonatología del hospital Necker-Enfants Malades (...). El riesgo de muerte es también la razón de ser de este servicio de vanguardia, que acoge en sus sesenta y tres cunas a 1.300 recién nacidos al año procedentes de toda Francia".

En él, la cronista se adentra en el día a día del servicio en todas sus dimensiones, incluida el lugar de los padres de esos bebés hospitalizados con enfermedades y malformaciones extremadamente graves, síndromes con nombres poco conocidos y niños nacidos demasiado pronto.

La autora explica que durante las reuniones diarias de los médicos y el resto de cuidadores, además de la información esencial sobre el estado de salud de sus pequeños pacientes, se informa sobre el estado emocional, implicación y adaptación de los progenitores.

Destaca entonces el nivel de intimidad que se establece entre los especialistas y los padres, que se enfrentan a la posibilidad de su fallecimiento, cuando precisamente lo que esperaban era una explosión de vida.  

Pero ese pensamiento, el de la pérdida del bebé, es algo que casi siempre atormenta a los padres de hijos que han nacido sanos y que impide el disfrute de los primeros momentos de la crianza. “Cada padre alguna vez pasó un dedo por debajo de la nariz de un bebé dormido, sólo para comprobar que el aire pasaba bien", comparte la autora. "¿Pueden morir así, sin previo aviso? (…) Sí, pueden. Pero no, se supone que no debemos pensar en ello constantemente", recoge la autora en boca de la psicóloga Gaëlle Le Ficher, del servicio de Reanimación de Cirugía Pediátrica del Hospital Necker-Enfants Malades.