El trucazo de un psicólogo experto en crianza para que los niños salgan de la piscina sin rechistar
La clave está en tomárselo con humor o, si no funciona, con mucha paciencia.
“Éstas son algunas de las mejores estrategias basadas en la evidencia para conseguir que nuestros hijos salgan de la piscina al primer aviso que no os den la tarde”, afirma el psicólogo Alberto Soler en su cuenta de Instagram (@asolers), y a continuación realiza un reel, en clave de humor, realiza sugerencias desde surrealistas a algunas que seguramente sí se atrevan a realizar muchos padres. El problema es que si los niños se divierten con ellas tanto como puede parecer, es posible que no tengamos más remedio que repetirlas cada vez que les queramos sacar de la piscina.
Quizás las mejores y más factibles son: “¡Grita “tiburón”! Después, echa unas gotas de tinte rojo a la piscina y verás como sale en cero coma”. Y la segunda: “Echa un cubo de hielo al agua. Al cabo de pocos minutos, todos fuera”. Otra opción que propone en clave de humor es la clásica: “Quita el tapón de la piscina. Una vez esté vacía pues ya no habrá más diversión y tendrán que salir por la fuerza”. Claro que esto no sólo es un desperdicio de agua sino que sólo sería factible si se trata de una piscina de goma hinchable para niños pequeños con poco agua.
Entre las otras propuestas “con humor” de Soler hay dos un poco gore: “Lanzar pirañas. Así cuando el primer niño note el bocado de la piraña pues todos los demás saldrán corriendo detrás de él” o también: “Te vas al supermercado comprar una sepia fresca y te la metes dentro del bañador. Con sigilo te metes en la piscina y, de repente, la sacas y gritas: ‘¡Medusa!’ verás como no tardan en salir”. Y la última tiene pinta de no colar: “Coge un megáfono anuncia que se anuncia un tornado y que la piscina se tiene que desalojar de manera inmediata”.
Así que, finalmente, tras estas notas de humor, Soler nos aconseja que nos armemos de paciencia y que nos acordemos de cuando nosotros tampoco queríamos salir, cosa que quizás nos siga pasando a veces. “Lo importante es que lo entendamos como una parte normal de la infancia, que no es un pulso contra nosotros y un desafío a nuestra autoridad y sobre todo que recordemos que nunca en la historia de la humanidad, ningún niño se ha pasado todo el invierno hasta el siguiente verano dentro de la piscina porque se negó a salir. Todos al final, acaban saliendo, os lo aseguro”, concluye el psicólogo.