Alertan de la llegada de los 'padres helicóptero': así afectan al desarrollo de los pequeños
Son los que tienden a ser sobreprotectores y a preocuparse excesivamente por sus hijos
La llamada "crianza helicóptero" se refiere a un estilo de crianza sobreprotectora y muy involucrada con los hijos. Al igual que un helicóptero, estos padres vuelan permanentemente sobre sus hijos. Por lo general, se involucran en todos los aspectos de la vida de sus hijos, a veces incluso perjudicándose a sí mismos.
"Estos padres tienden a ser sobreprotectores y a preocuparse excesivamente por sus hijos", ha explicado en la publicación Parents Michelle M. Reynolds , psicóloga clínica y fundadora de LifeCatalyst: Therapy and Coaching. "A menudo microgestionan los horarios de sus hijos e intervienen con frecuencia para facilitarles las cosas", ha añadido.
Si bien la crianza sobreprotectora no siempre es algo mala en determinados momentos o con determinados niños, cuando se lleva al extremo, puede volverse problemática a largo plazo, según advierten los expertos.
Los padres helicóptero prestan una atención extrema a las actividades y tareas escolares de sus hijos para protegerlos del dolor y la decepción, y también para ayudarlos a tener éxito. Se dedican microgestionar a sus hijos y se involucran extremadamente en cada aspecto de sus vidas.
Este enfoque tan intenso de la educación en el ámbito familiar puede afectar negativamente la salud mental del niño, su autoimagen, sus habilidades de afrontamiento, etcétera, según resaltan algunos expertos.
Ann Dunnewold, PhD , psicóloga y autora de Even June Cleaver Would Forget the Juice Box , dice que la crianza sobreprotectora es simplemente una crianza excesiva. "Significa involucrarse en la vida de un niño de una manera que es excesivamente controladora, sobreprotectora y sobreperfeccionista, de una manera que excede la crianza responsable", dice.
¿Cómo pueden entonces los padres cuidar de sus hijos sin inhibir su capacidad de aprender habilidades esenciales para la vida? Gilboa cuenta este consejo: "Como padres, tenemos una tarea muy difícil. Tenemos que estar atentos a nuestros hijos ahora (sus factores estresantes, sus fortalezas y sus emociones) y a los adultos que estamos tratando de criar . Llevarlos de un momento a otro implica cierto sufrimiento, tanto para nuestros hijos como para nosotros".
En términos prácticos, esto significa dejar que los niños luchen, permitirles que se desilusionen y ayudarlos a superar sus fracasos. También significa dejar que sus hijos realicen las tareas para las que son capaces física y mentalmente.
Como concluye Gilboa, conviene "buscar oportunidades para dar un paso atrás y no resolver los problemas de nuestros hijos, porque nos ayudará a formar niños resilientes y seguros de sí mismos".