Guía LGTBI para responder a tu cuñado en las cenas de Navidad
Los comentarios LGTBIfóbicos son más comunes de lo que se puede pensar en estas reuniones con familiares y amigos, provocando incomodidad y malestar en las personas del colectivo. Aquí algunos argumentos para callarles.
Las cenas y reuniones familiares son una fecha señaladas para muchos en Navidad. Y no precisamente para bien. En estos encuentros en los que tendría que reinar la cordialidad, la paz, como bien indica el villancico, y el amor entre familiares y amigos, muchas personas se sienten violentadas.
Las conversaciones políticas en muchas de estas reuniones están vetadas, pero no tanto los comentarios sobre los propios derechos de colectivos y minorías como las personas LGTBI, racializadas, las mujeres o las personas con discapacidad.
Algunos "cuñaos" siguen argumentando que no se pueden hacer ya chistes de "mariquitas". Otros, mientras sueltan comentarios que, conscientemente o no, son LGTBIfóbicos, puede que en esa mesa un primo, una sobrina o une hije sea parte del colectivo y esté sufriendo.
"Es complicado cuando llegas a las cenas de Navidad esas noches y sabes que va a haber este tipo de comentarios", recuerda Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) a El HuffPost. "Creo que lo importante y lo primero que hay que hacer es trabajar durante todo el año para cambiar el pensamiento y ser inclusivos no solo determinadas personas sino la sociedad en general", añade y recalca que queda mucho por "trabajar desde el respeto de que cada uno pueda ser quien quiera ser".
La familia, aunque tendría que ser un apoyo, no es así en muchos casos. Según los datos del informe Estado LGTBI+ 2023, elaborado por 40dB para la Federación Estatal LGTBI+, una de cada tres personas LGTBI (33%) ha tenido que irse a vivir con amistades o parientes tras el rechazo de su familia por su identidad u orientación sexual; un 16,7% ha tenido que vivir en un lugar no adecuado y un 4% ha tenido que dormir en la calle.
Eso si no se opta por el silencio, ya que, según datos de este mismo informe, casi 6 de cada 10 personas LGTBI ocultan su orientación sexual o su identidad de género a su familia, más allá de su pareja. Además, la edad es un factor importante, ya que porcentaje que se eleva hasta el 65,2%, en personas de entre 55 y 64 años.
Con la iniciativa #LaCenaQueElegí, FELGTBI ha querido mostrar que otra opción de la cena de Navidad es posible con amigos. "Cada vez es más común que personas decidan juntarse con otras personas distintas a la familia biológica, con personas que quieres y que te quieren, el fondo de la cena es ese. Somos libres de elegir esa cena y puede ser una en la que la LGTBIfobia no exista y estés bien porque nadie se va a meter contigo", explica Sangil.
"Los aliados siempre son importantes, siempre hay alguien en la familia que te cuida, que te ayuda y que te tiende la mano. Es importante tener a estas personas y que puedas gestionar con ellas lo que vayas a vivir y que pases una noche lo mejor posible", explica Sangil, aunque admite que la opción de no ir siempre está sobre la mesa, porque "no es una obligación".
"Buscar los aliados en la familia que puedas levantar la mirada y que respondan por ti y te apoyen siempre es bueno, pero una a veces se cansa de las situaciones", apunta y sigue animando a que las personas a las que esta situación vaya a generarle malestar o dañe su salud mental, la eviten y no asistan.
Aunque haya apoyos o aliados sentados en la mesa, siempre está bien para aquellos que se sientan con fuerza, tener algunos argumentos bajo la manga para acallar con datos los comentarios LGTBIfóbicos, aquí van algunos:
"Es antinatural y atenta contra la 'familia"
Ante esta afirmación, tan empleada en muchos casos por la extrema derecha, cabe destacar que la familia natural es un concepto que ellos mismos se han apropiado, especialmente desde la religión.
Aunque especialmente en este punto, cada vez hay más avances. Este mismo mes de diciembre el Papa autorizaba la bendición de parejas homosexuales así como el bautismo de las personas LGTBI, aunque todavía no lo considera matrimonio.
Sangil lo ve como un avance positivo para las personas creyentes del colectivo y puede servir como una visión de avance y aceptación para ciertos sectores de las sociedad. "El matrimonio para las personas creyentes y no es lo que querrían las personas creyentes LGTBI+, pero creo que es un paso importante para estas personas", explica.
"También el mensaje que se da a la sociedad con noticias como estas es que avanza, de aceptación, y ayuda a cambiar el pensamiento", destaca.
"Hay muchas personas en España que siguen la doctrina de la iglesia y esto, evidentemente va a ayudar, las personas católicas escuchan lo que dice la iglesia y si esta te abre un poquito más la puerta, te entra un poquito más de aire para poder respirar", añade.
"Ahora puedo ir al registro y decir que soy una mujer"
Desde la aprobación de la ley trans el pasado 16 de febrero, los bulos y rumores con que cualquier persona puede ir al registro y cambiarse el sexo registral sin ser trans no han dejado de circular, incluso algunos youtubers se han animado a intentar hacerlo. ¡Sorpresa! No lo han conseguido.
"Estas personas que iban a ir al registro y a llenarlos cuando se aprobó la ley, no han recibido el cambio registral porque, primero, no son personas trans y, segundo, porque la ley tiene seguridad jurídica y no se permiten los fraudes de ley", destaca Sangil.
"Llevamos 10 meses con la ley LGTBI aprobada y esa horda de personas que iban a ir a tener beneficios por ser mujeres no han cambiado su nombre en su DNI", recuerda. Además, esto se argumenta con que se podrían tener beneficios por ser mujer. Sin embargo, los datos de las personas trans siguen sin ser positivos: en 2022 el paro entre personas trans alcanzó el 80% y en ese mismo año, según el Observatori Contra l’Homofòbia, las agresiones hacia las personas trans crecieron un 32% solo en Cataluña. Todo "beneficios".
"Si hay gais y lesbianas bien, pero yo lo que no aguanto es que tengan que alardear"
Este comentario parte de lo que se conoce como plumofobia o cispassing de las personas trans. Es decir, que tengas una orientación o identidad determinada, pero que entres dentro de la cisheteronorma o el típico "que no se te note". Además, se cuestiona que una persona tiene que tener un rol de género determinado, por ejemplo, en las relaciones de pareja.
Tal y como señalaba en un reportaje de El HuffPost Antonio Ortega López, doctor en psicología especializado en la comunidad LGTBI, esto se debe a que "se vincula la orientación sexual con un comportamiento determinado. Existen chicos con gestos mal entendidos como femeninos (pluma) cuya orientación sexual no tiene por qué ser homosexual ni heterosexual". Y señala que "sería ridículo pensar que los 4.000.000 gais de España, o el porcentaje que sea, se comportasen igual simplemente por tener la misma orientación sexual".
Además, Jose Mola, activista del COGAM e investigador sobre discriminación por expresión de género, comentaba a El HuffPost, que la plumofobia existe también dentro del colectivo “es una simple cuestión de machismo”. “Muchas veces cuando queremos faltar el respeto humillar a alguien se utilizan expresiones femeninas como pasivaza o loca. Todo por una cuestión de misoginia que, por tradición en este país, a la mujer se le ha discriminado y al homosexual se le ha intentado asociar con todo lo femenino para humillarle”, explica.
"Ahora en los Juegos Olímpicos seguro que las deportistas pierden ante tantas mujeres trans"
Este argumento, también esgrimido por ciertos colectivos feministas transexcluyentes parte contra la eliminación de los requisitos de hormonación para las personas trans aprobados con la ley trans.
Sin embargo, para desmontarlo, como recuerda Sangil solo hace falta ir a los hechos. "¿Cuántas medallistas trans hay? ¿Cuántas mujeres trans hay en el deporte de élite?", se cuestiona. En este sentido, también recuerda el caso de los que, supuestamente, saldrían "perdiendo": los hombres trans, que recalca que están "invisibilizados en todos los ámbitos de la vida".
"Lo único que queremos las personas trans es participar del deporte y federarnos y poder practicarlos, pero al final no hay ninguna mujer medallista", reivindica.
Preguntar a los adolescentes si tienen novio (si es una chica) y novia (si es un chico)
La presunción de heterosexualidad también se sienta a la mesa por Navidad y, con ello, preguntas que habría que evitar a toda cosa. Además de sexualizar a menores de edad si se les pregunta si tienen pareja, especialmente en edades tempranas, en la mayoría de los casos se da por hecho que van a ser heterosexuales.
"Quizás podemos ampliar el comentario a si tienes novio o novia y con naturalidad, si un chico dice 'tengo novio' y seguirá con naturalidad, si preguntas si tiene novia y no hay otra opción, seguramente se calle y ya o se lo invente", recuerda Sangil.